Los "calçots" son deliciosos. La ancestral técnica que se utiliza en Cataluña para cocinar estos derivados de la cebolla los expone a un fuego muy vivo que los abrasa en su parte exterior mientras los mantiene tiernos, blandos y jugosos en su interior. Estos parientes delgados de la humilde cebolla se presentan en gruesos grupos envueltos en papel de periódico descansando sobre una teja de cerámica para mantener su calor. Se comen de uno en uno extrayendo sus tallos internos que deben de ser debidamente untados con salsa romesco. Ésta es precisamente la época del año adecuada para tomar este exquisito manjar que convierte las "calçotades" en actos sociales como cualquiera otra fiesta gastronómica.
Compartir amistad con quien, como buen catalán, es un experto en estas experiencias culinarias, convierte las visitas a su casa en las tierras de Igualada en un lujo gastronómico. Si ese amigo, a pesar de disimular eternamente su condición de miembro de la nobleza catalana con título, agasaja a sus amigos en su propio castillo medieval, consigue convertir esos ágapes en comidas sublimes dentro de un entorno histórico maravilloso.
Crítica es libertad
Comparaciones, cabras y viñedos
12/02/10 0:00
También en Opinión
- El cáncer de hígado puede desarrollarse por varios factores: el alcohol no es el más determinante
- El Hospital Mateu Orfila crea un jardín terapéutico para pacientes psiquiátricos
- La Guardia Civil, sin lanchas para vigilar Menorca, podrá usar las nuevas barcas del Govern
- Un restaurante de Menorca, entre los 100 mejores de España
- Seis fallecidos en Menorca donaron el año pasado sus órganos para trasplantarlos a cuatro pacientes
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.