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Joana Barceló asume una gran responsabilidad al ponerse al frente de la Conselleria de Turismo, la más potente y con mayor incidencia en la economía de las Islas.

Su llegada ha sido recibida de forma positiva, como lo fue al acceder al departamento de Trabajo. Desde Menorca, en este caso, aplicar un criterio localista tiene sentido.

Debemos esperar mucho más de una consellera menorquina que de un responsable en turismo de Unió Mallorquina, un partido cuya acción tiene un ámbito geográfico más determinado.

Menorca necesita un impulso turístico evidente, sin necesidad de renunciar a un modelo que nos diferencia como destino.

Habrá que demostrar con hechos que la Isla quiere optar por el desarrollo turístico como motor de su economía.

Los convenios con los touroperadores son un paso en la buena dirección, porque los mayoristas han visto ese compromiso de la sociedad insular. Joana Barceló ha destacado esta gestión menorquina como un ejemplo del tipo de política que piensa llevar a cabo.

De alguna forma, con su nombramiento como consellera de Turismo, Joana Barceló vuelve a Menorca, porque, al margen de competencias institucionales, su nuevo compromiso con la Isla es necesario.