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Estos días coinciden en Alemania dos importantes citas para la economía menorquina, la industria turística vende vacaciones en Berlín y la del calzado, zapatos en Düsseldorf. Del empresariado menorquín hay que esperar mucho más que de los gobernantes tanto en momentos de bonanza como en tiempos de crisis como los actuales. Si alguna esperanza queda de detener la caída y de remontar la situación habrá que mirar en esa dirección y en las gestiones de quienes no buscan titulares aprobando decretos de imposible aplicación o prometiendo medidas sin más valor que la retórica del lenguaje administrativo.

Alemania sigue siendo la referencia económica europea, motor de decisiones y líder fáctico. El mercado alemán constituye, por otra parte, la asignatura pendiente de la promoción turística, se han hecho grandes campañas y no se ha obtenido el resultado esperado, la oferta menorquina es atractiva, pero algo falla. Quizás los precios, responsables casi siempre, quizás la estrategia, se vende lo mismo que venden nuestros vecinos. La apuesta medioambiental puede ser esta vez una buena idea.