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Jesús Jusué
Y es que no siempre las "obras son amores" y las razones no son buenas para todos. La presión popular tira por la calle de en medio aquejada de que, los vecinos, no pegan ojo por el ruido de las obras de la construcción de la futura cárcel de Menorca en el término de Mahón. Pero es que hay algo más que ruido a máquinas detrás de todo ello, es el ruido de las voces, de las confidencias y cambios de parecer entre un gran sector de la población que no ve con buenos ojos la ubicación de una cárcel en nuestra isla, muchos dícen que debido a que la población reclusa que genera la propia isla es insignificante y que, a la larga, servirá para descongestionar la de otras islas, es decir, que vamos a importar lo que otros no pueden ni quieren. Y hay un trasfondo más que siempre conviene valorar aunque poco pueda hacerse cuando las decisiones ya están tomadas, el rechazo por parte de la sociedad que cumple con el orden y las leyes a que se le planten vecinos que no lo hacen ni en sueños y si en último caso resulta que es tan necesaria su construcción en nuestra Isla, ¿es éste el lugar más idóneo o debería haberse pensado en un lugar más alejado, fuera del entorno urbano? Claro que si se nos hubiera dicho que se iba a construir en pleno bosque rodeado de pinos, también hubieran protestado los buscadores de "esclata-sangs"? lo dicho, no siempre las obras son amores.