TW
0

Pep Mir
Nunca un anuncio de huelga me ha parecido tan justo como el que han hecho los jueces. Desde que se conoce la democracia sobre la justicia ha recaído la responsabilidad de ser uno de los pilares del sistema, junto al poder legislativo y el ejecutivo. De hecho, la seguridad jurídica es uno de los fundamentos de una sociedad que quiere ser moderna, vivir en libertad y avanzar con solidez. No obstante, esta responsabilidad de los magistrados no se ha visto nunca correspondida con la justa dotación de medios, tanto materiales como humanos. La justicia es lenta y a veces poco efectiva, sí, pero a ningún juez le debe gustar acumular causas por resolver o cometer errores flagrantes. Por algo pasa todo esto. Es imposible que la negligencia de los profesionales sea generalizada. Por tanto, los males de la justicia son estructurales, de sistema, ajenos a la voluntad o capacidad de cada uno de los jueces (aunque haya excepciones, como en todo colectivo). La falta de medios de los juzgados es una vergüenza para todos los gobernantes que lo han permitido y un lastre para la sociedad. Y mientras tanto en los distintos parlamentos, la Moncloa, Bruselas, el Consell, el Govern, todos nadan en la abundancia de ordenadores, sedes con suntuosos despachos, cargos de confianza y personal extremadamente especializado. Ante este agravio comparativo que los jueces exploten es normal. Y justo.