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A. GEORGES FERRARA
Madoff empezó a crear su imperio con cinco mil dólares que ahorró cuando estaba embarcado en un buque como guardia costero y llegó a montar un "gigantesco esquema Ponzi" que resultó en defraudar hasta sus mejores amigos, con pérdidas que alcanzaron 50 mil millones de dólares. Se había convertido en un flamante filántropo y se beneficiaba de una larga carrera muy respetable en Wall Street, el centro financiero de EEUU, pero finalmente burló a su propia familia. Su escándalo financiero sorprendió a todo su entorno porque llevaba una vida poco ostentosa, pero cuando se descubrió su enorme estafa, se destapó que tenía abundantes activos, tales como mansiones y apartamentos de lujo en todos los sitios más exclusivos de América. Decían de él que era generoso y placentero, cuyas cualidades, a la postre, le ayudaban a engañar al mundo financiero.

Muchos se han preguntado cómo era posible de defraudar de esta manera gigantesca. Lo que no se sabía es que Madoff llevaba sus asuntos financieros con total hermetismo y nadie se daba cuenta de lo que se tramaba realmente en las oficinas de Madoff, simplemente porque su astucia era tan eficaz que le permitió estafar con impunidad.

Madoff era un buen deportista, practicaba el golf con asiduidad en los mejores exclusivos campos de golf de EEUU, donde captaba, precisamente, clientes adinerados y personalidades del mundo social y financiero, especialmente en las comunidades judías de las costas este y oeste de América, a quienes asesoraba, a través de su modesta y perfectamente legal correduría de bolsa, donde finalmente cometió el escandaloso engaño.

Entre otros productos financieros ofrecidos por la correduría de Madoff, se brindaba asesoría de inversiones, defraudando a prominentes inversionistas y bancos internacionales, incluidos, por supuesto, bancos españoles, por un importe total de US$50 mil millones. En sus oficinas, el secretismo era absoluto, y Madoff mantenía bajo candado y cerrojos todos los estados financieros, dejando pocas oportunidades a sus empleados de averiguar el entramado fraudulento que protagonizaba su jefe. Hasta la actuación de la empresa que le auditaba era sospechosa y su baja profesionalidad ayudaba en la realización del fraude.

La correduría de Madoff se había especializada en el producto llamado "HEDGE FUNDS" (Fondos de Inversión Libre), que es un fondo de cobertura que puede tomar varias posiciones con la finalidad de reducir la volatilidad y el riesgo, y al mismo tiempo preservar el capital invertido y permitir resultados positivos bajo todas las opciones del mercado de valores.

Los beneficios de los "Hedge Funds" son múltiples, pero esencialmente ofrecen una cartera de inversiones con mínimos niveles de riesgo y permita una mayor diversificación en los mercados de valores que no existan en la inversión tradicional. Madoff enfatizaba el secretismo en todas sus actividades financieras y subrepticiamente llevaba a cabo sus acciones delictivas de tal manera que prestaba a todos sus quehaceres y comportamientos financieros un misterioso sentido sigiloso que le proporcionaba un aspecto de exclusividad financiera, facilitando con este estratagema la ejecución de lo que se identifica como el "Esquema Ponzi", nombre con el cual se califica las operaciones fraudulentas de Madoff.

Ustedes se preguntarán ¿en qué consistía el "Esquema Ponzi"? El nombre Ponzi viene de un italiano que creó al principio del siglo veinte un sistema financiero que se nutre de la cantidad de nuevos inversores que entren en el sistema, poseídos de una fe ciega en creer que las cantidades enormes de beneficios prometidos por la inversión se realizará, pero, como se ha visto, finalmente no son los ingenuos inversores quienes realizan los beneficios sino que será la persona (natural o jurídica) que ha recibido el dinero de la inversión. Es la estafa, pura y simple, que cree una situación que produce ganancias siempre y cuando más inversionistas entren en el sistema, que se precipitan con fe ciega a las promesas de recibir en contrapartida réditos impensables en inversiones tradicionales. Es el sistema piramidal multinivel por excelencia, donde el "retorno" a los inversionistas se liquidará con la entrada sucesiva de otros inversores en el esquema, pero si al final el promotor del esquema Ponzi desaparece, el dinero se esfuma de igual forma, dejando al "ingenuo inversor" en la cuneta. En 1920, cuando Ponzi orquestó su régimen, los beneficios prometidos sobre una inversión de 45 días eran del 50% de interés de rentabilidad o el doble del dinero invertido en 90 días! Más de 40.000 inversionistas entregaron unos 15 millones de dólares, pero eventualmente fueron pocos los que recuperaron el dinero invertido. Madoff lo emuló con sumo aderezo y más sofisticación y produjo el mayor escándalo del siglo, defraudando tanto a los pocos conocedores de las actividades bursátiles como a los más eruditos inversores y instituciones financieras.

Fue el presidente de los EEUU Abraham Lincoln quien declaró: 1º: Que se puede burlar a cierta gente parte del tiempo. 2º: Que se puede burlar a la mayoría de la gente gran parte del tiempo. 3º: Pero que no se puede burlar todo la gente todo el tiempo.

En el "Esquema Ponzi" pueda ocurrir tres casos:
1º: El promotor se fuga y se lleva el dinero consigo.

2º: El sistema se colapsa por su propio peso cuando el promotor no puede pagar los altos réditos que había prometido.

3º: El "esquema" es denunciado cuando, finalmente, las autoridades legales, tales como la SEC (sigla en inglés de la Comisión de Seguridad y Cambio) se da cuenta que los fondos que respaldan las operaciones financieras no existen.

Paradójicamente, en el caso de Madoff, fueron los propios hijos que denunciaron a su padre.

Lo peor de todo es que los inversores que veían avecinarse el desastre y retiraron su dinero en los últimos dos años podrían ser obligados a devolver dicho dinero en conformidad con el Código de Quiebra de EEUU, si se demuestra que estaban al corriente del fraude.

El alcance del fraude ha sido monumental, y son pocos los inversores bursátiles que no han sido afectados, a tal extremo que hasta el Estado de Massachusetts perdió más de 12 millones de dólares, y también muchas organizaciones benéficas informaron de altas pérdidas.

¿Entonces qué ha pasado, cómo ha sido posible o cómo se ha permitido tal debacle financiera? Otra vez, vemos que el resultado ha sido, entre otros, el apático control de los reguladores y Gobierno que han ignorado y consecuentemente facilitado hasta un cierto grado las actividades financieras nocivas de Madoff, y la más culpable ha sido la SEC, quien no se enteró del desastre hasta que se denunció a Madoff. Yo, en otro artículo publicado en "Es Diari", había relatado la importancia de reformar los sistemas reguladores, primero por la catástrofe que produjo el escándalo de los "subprime", fruto de la inercia reguladora y gubernamental y la codicia de los políticos estadounidenses y ahora la estafa global de Madoff acentúa la necesidad de revisar profundamente las organizaciones reguladoras. Hace poco yo había dicho también que el hombre era el único animal que tropezaba dos veces con la misma piedra.
Felices Fiestas.