El gran reto de la presidenta Prohens: convertir a Vox en un socio fiable

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La última crisis entre el PP y Vox en Balears ha emprendido la senda de la desactivación. La reunión entre Marga Prohens y la cúpula de Abascal no cerró acuerdos, pero aproximó posiciones y abrió la puerta para romper el bloqueo del Govern, que no beneficia a nadie. Aparentemente, los dos partidos están condenados a entenderse por una cuestión de responsabilidad y respeto a la ciudadanía. Si continúa la inestabilidad actual, a Prohens solo le quedaría la opción de convocar elecciones. En este escenario, Vox debe hacer un esfuerzo por pisar la calle y ser conscientes de los problemas que azotan Balears: la emergencia habitacional y la masificación.

En torno al primer asunto, su apoyo al decreto de vivienda se da ahora por hecho. Ninguno de los dos partidos quiso explicar ayer el alcance real de su cónclave, pero todo indica que se está rompiendo el hielo que se había formado entre ellos. Sometido al criterio de Madrid, algunos diputados de Vox en Balears tienen como referencia el acuerdo sellado en Valencia que ha implicado muchas concesiones de un Mazón moribundo. Prohens parece haber logrado desactivar una nueva crisis con la formación que permitió su investidura, pero su gran reto es convertir a Vox en un socio fiable y limitar el número e impacto de las concesiones que deberá realizar. Y eso es muy difícil.