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El precio de la vivienda en Balears sigue disparado y, de un año para otro, comprar un piso es 46.541 euros más caro. Un aumento brutal porque los precios ya eran estratosféricos. El drama habitacional en el Archipiélago está adquiriendo unas dimensiones preocupantes y, de seguir con este ritmo, en solo unos años se convertirá en una suerte de Mónaco o Saint Tropez, con precios prohibitivos solo al alcance de personas con un altísimo poder adquisitivo. Urge que las administraciones reaccionen y que construyan viviendas de protección oficial o a unos precios tasados. En caso contrario, una buena parte de la población de las Islas quedará excluida de este mercado inmobiliario enloquecido.

En la Península los precios están subiendo pero de una forma mucho más contenida de lo que ocurre aquí. Cada vez son más los residentes en las Islas interesados en comprar una propiedad en Galicia, Asturias o Extremadura, por citar tres ejemplos, donde por cantidades muy inferiores a las que se pagan en Balears hallan grandes ofertas inmobiliarias. El aumento imparable de los precios de las casas provoca que miles de personas pierdan sus hogares o no puedan hacer frente a los desbaratados alquileres. No es de extrañar que se multipliquen las okupaciones y los asentamientos ilegales. Un drama humano que parece no tener final.