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El pleno que hoy celebra el Parlament abre un nuevo escenario, no sólo en la Cámara autonómica sino en el conjunto de la política balear. Con el apoyo de la izquierda serán convalidados dos decretos que el Govern del PP aprobó el viernes. El primero anula las facilidades para construir en zonas inundables; y el segundo anula la reforma de varias leyes, incluidas las de Educació y Funció Pública, que implicaban excluir el catalán de la enseñanza y pasaba a ser innecesario para ser funcionario en las Islas. Estas modificaciones prosperaron por un error del PP al apoyar 34 enmiendas de Vox, que se negó a enmendar esta equivocación. Al mismo tiempo, el PP no apoyará la derogación de la Ley de Memoria Histórica, reivindicada por el partido de Abascal. Todo ello ha sido posible gracias al acuerdo del PP de Marga Prohens y los partidos de izquierda, con cesiones mutuas. Ha imperado el sentido común y se ha logra un entendimiento que anula el protagonismo de Vox, formación que ha perdido fiabilidad y credibilidad por sus exigencias y bandazos. Prohens no quiere seguir sometida al yugo de Abascal. La izquierda coincide en que empieza un nuevo tiempo en la política de Balears. Una etapa nueva, que arranca con mayorías inéditas y que no será fácil pero que da la oportunidad de seguir dialogando para alcanzar otros acuerdos.