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Menorca ha sido la Isla que ha mantenido una mayor fortaleza industrial, especialmente cuando estaba en vigor una vía menorquina del crecimiento, hoy decantada hacia la dependencia del turismo. Todavía mantiene un sector industrial importante, pese a la pérdida de peso en la bisutería y las dificultades que vive ahora el calzado. Han surgido otros proyectos, con menor imagen colectiva, pero con capacidad de innovación y exportación. El apoyo a la industria coincide con una de las prioridades de la Unión Europea, reflejada en el reciente informe Draghi.

La Isla debería ser capaz de llevar a cabo un mayor apoyo a la industria, a la tradicional y a los nuevos proyectos, capaces de superar el obstáculo de la insularidad. Una feria de la industria menorquina podría mostrar las capacidades de este sector económico.

Además es necesario no perder la huella histórica de la industria, recuperar no solo el patrimonio mueble e inmueble, sino la historia de quienes fueron sus protagonistas. Las jornadas que el IME ha dedicado a la memoria industrial son una buena iniciativa. Se trata de que el pasado no se olvide y que sea útil para impulsar un sector fundamental.