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El primer encuentro que mantuvieron la presidenta Marga Prohens y el presidente Pedro Sánchez el pasado agosto en Palma concluyó con un severo reproche de la inquilina del Consolat de Mar: «No aceptaremos ningún tratamiento singular que acaben pagando los ciudadanos de Balears», afirmó Prohens, en referencia al acuerdo suscrito por el PSC-PSOE y ERC para investir a Salvador Illa como presidente de la Generalitat.

Sánchez recibirá el viernes en La Moncloa a la presidenta del Govern, que expondrá los perjuicios que ocasiona a Balears el actual modelo de financiación autonómica, aprobado en 2009 por el PSOE con la abstención del PP, que caducó hace ya diez años. Prohens ha  de desmontar el mito de Balears de que es una comunidad rica cuando es de las autonomías que menos recursos reciben y de las que más aportan al Estado. El Archipiélago perderá 449 millones en 2025 que se destinarán a la solidaridad con otras autonomías.

La gran cuestión a resolver consiste en compensar, de una vez por todas, los extracostes del hecho de la insularidad a Balears. Tanto la Constitución como el Tratado de la Unión Europea lo contemplan, pero hoy se incumple de manera evidente. También hay que alcanzar acuerdos para que el Estado pague los convenios de carreteras y ferroviario, y los servicios a la población flotante.