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El Parlament acordó ayer, por unanimidad, tramitar una proposición no de ley, presentada por Més per Menorca, para combatir las fiestas y las molestias que ocasionan las viviendas dedicadas al alquiler turístico. Sorprende que el Parlament tome en consideración, debata y tramite una ley de esta naturaleza, cuando se debe exigir y aplicar las ordenanzas que ya regulan las actividades molestas para los vecinos.

Que el Parlament dedique su tiempo y esfuerzos a esta iniciativa legislativa pone de manifiesto la ineficacia de las administraciones, porque también corresponde a los consells insulars incrementar las tareas de inspección y vigilancia con más celadores. En lugar de aumentar el corpus legislativo de Balears, se necesitan más rapidez en la detección de las irregularidades y más agilidad en la imposición y cobro de las sanciones. Para ello no son necesarias nuevas leyes del Parlament. Y si, como dice el diputado de Més per Menorca, Josep Castells, el objetivo es «desincentivar la llegada de ciertos turistas», las soluciones están en vigor.

Ayuntamientos y consells han de actuar con mayor efectividad ¿Qué sentido tiene aprobar normas y ordenanzas que después, por negligencia o desinterés, no se aplican? Añadir otra ley poco resultado dará si no existe voluntad, diligencia y preocupación para cumplir y exigir las que ya están aprobadas.