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La sanidad pública en Balears se halla en una situación de permanente tensión ante cualquier eventualidad, de manera que el trabajo de sus profesionales parece adquirir tintes heroicos. La llegada del frío y los virus respiratorios evidencian, de nuevo, las deficiencias del sistema, que reclama una mayor inversión. Ante el nuevo episodio epidémico de la gripe, médicos y enfermeros se ven obligados a dejar sus consultas para atender el incremento de las urgencias. Es una práctica habitual en el ámbito sanitario por la falta de recursos.

Los sindicatos advierten que se da por válido lo que debería ser una excepcionalidad. La falta de previsión y el cansancio acumulado están afectando a un buen número de profesionales sanitarios, quienes nos recuerdan que la pandemia de coronavirus apenas ha servido para aprender algo.Durante meses, el debate político sobre la sanidad pública giró en torno a la necesidad de que los facultativos tuvieran conocimientos de catalán. Pero es una nimiedad ante los verdaderos problemas. En este escenario, solo queda aplaudir y reconocer el trabajo y la vocación de los profesionales y reclamar a la Administración, en este caso al Govern, que dote de los recursos necesarios al IB-Salut. Ello implica aumentar el presupuesto. Balears, comunidad mal financiada, debe recibir una mayor dotación de los Presupuestos del Estado.