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Los directivos de Vueling atribuyeron ayer los reiterados problemas e irregularidades registradas durante estos últimos meses, cancelaciones y retrasos, a factores externos como la congestión del espacio aéreo europeo, las huelgas de los controladores de Marsella... e incluso al mal tiempo. La realidad es otra: hemos vivido un verano caótico con Vueling que ha provocado numerosas quejas y centenares de reclamaciones de los pasajeros afectados y perjudicados.

Porque lo grave no han sido las doce cancelaciones, cifra que dio el director general de Puertos y Aeropuertos del Govern, Xavier Ramis, sino los reiterados retrasos, de los que Ramis no facilitó ninguna cifra.

El presidente de la Agrupación Empresarial de Agencias de Viajes de Balears (Aviba), Antoni Abrines, resumió el sentir de los usuarios al afirmar que «Vueling hace responsable de la situación a causas externas, cuando en Menorca el problema es Vueling». La aerolínea catalana, que se niega a asumir sus responsabilidades, fue la compañía aérea de bajo coste más impuntual del mundo el pasado mes de julio. Tal como reclama Lorenzo Pons, presidente de Aviba en Menorca, Vueling debe empezar a hacer autocrítica.