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Las instituciones deben actuar y adoptar medidas cuando los jóvenes de Balears deben destinar más del 86 por ciento de su sueldo para comprar una vivienda. Medidas que permitan paliar un problema que pone en peligro tanto la pirámide poblacional como la estabilidad social de las Islas. Porque sin techo no hay nuevas familias y el mañana se ve comprometido.

Cifras maecroeconómicas aparte, Balears sigue padeciendo las consecuencias de una crisis que afectó principalmente al sector de la construcción. La recuperación llega de la mano de las viviendas de alto 'standing', las caras rehabilitaciones y un movimiento especulativo en torno al alquiler turístico. El resultado es que no se construyen pisos asequibles para los jóvenes, con bajos niveles salariales. Al mismo tiempo los alquileres están por nubes por el turismo vacacional, una actividad ligada en parte a la economía sumergida o alegal. Es necesaria y urgente una política de vivienda que ofrezca pisos a los jóvenes de Balears a precios asequibles. Para el Govern, los consells y los ayuntamientos debe constituir una prioridad con un plan de vivienda sólido que ni se ha redactado ni se está llevando a cabo. No puede demorarse más.