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La constitución del Parlamento catalán surgido de las elecciones autonómicas celebradas el 21 de diciembre evidenció que el futuro político de esta comunidad sigue sumido en la incertidumbre después de la aplicación del artículo 155 y el veredicto de las urnas. El nuevo presidente, Roger Torrent, encabeza una mesa de la cámara con mayoría independentista mientras aumentan las dudas sobre la elección de Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat.

Un auténtico galimatías, donde el Gobierno del PP, con el apoyo del PSOE y Ciudadanos, pretende mantener la vigencia del 155 y cuando se cuestiona la viabilidad -legal y práctica- de la elección de un presidente de la Generalitat que no asista a su investidura, así como la dificultad para formar gobierno.

Un escenario esperpéntico que deberá resolver el Tribunal Constitucional ante los ya anunciados recursos en este sentido. El Gobierno Rajoy debe aportar fórmulas para desatascar una situación que se está enquistando, teniendo en cuenta que el objetivo real de los independentistas es romper con España para independizarse para constituirse en república catalana. Cada vez más difícil.