Conseguir la implantación de la tarifa plana para los vuelos entre islas, un objetivo que el Govern se ha marcado como prioritario, va a ser un proceso muy complicado, que se va a encontrar con reticencias que deberán solventarse con negociaciones y mucho trabajo.
La complejidad del reto que se afronta requiere la unidad y el convencimiento sincero de todas las administraciones que están implicadas. Por un momento, se transmitió la sensación de que la unidad existía. El Gobierno central se ponía al lado de las Islas para trabajar hacia una misma dirección. El escollo principal parecía ser, Bruselas y las pegas que siempre pone la Unión Europea a cualquier iniciativa que entorpezca el libre mercado.
Ante este escenario, los palos en las ruedas y las controversias por cuestiones de forma sobran. No es aceptable la falta de comunicación que se ha producido entre Madrid y Palma a la hora de solicitar un informe a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia que entre sus reparos incluye, precisamente, la falta de documentos y datos suficientes. Tras el paso positivo del 75% del descuento a residentes hay que volver a la senda del acuerdo.