La advertencia de la Comisión Nacional del Mercado de Valores sobre la proliferación de 'chiringuitos' financieros debe alertar a muchos ciudadanos a los que se puede estafar al creer que están obteniendo una alta rentabilidad de sus ahorros. El ingenio humano para engañar al prójimo no conoce límites. Y Balears, con una relevante economía sumergida, es campo abonado para estas prácticas.
Los nuevos estafadores se hacen pasar por 'linces' de las finanzas y prometen elevados intereses. Engañan a pensionistas y personas con escasos conocimiento financieros, pero entre sus víctimas destacan quienes manejan dinero negro. Al final, todo es una monumental tomadura de pelo y el dinero depositado se ha esfumado.
Estos delitos serían erradicados si las potenciales víctimas denunciasen los hechos desde el primer indicio. Pero el estafador profesional es un maestro de la doblez. Sabe escoger a sus 'clientes', que convierte en víctimas, mediante operaciones aparentemente brillantes donde se pierden los recursos aportados al 'chiringuito'.
Es preciso actuar con eficacia contra estas prácticas, tan sofisticadas como efectivas, mediante denuncias y sanciones.