El nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ya ha mostrado sus intenciones en política exterior, aunque entre en contradicción con las manifestaciones efectuadas durante la campaña electoral. El Trump candidato priorizó los problemas internos, con especial atención a la inmigración y la economía. Pero una vez instalado en el despacho oval de la Casa Blanca aplica una política exterior basada más en la fuerza militar que en la diplomacia.
El gobierno estadounidense ha desplegado un importante dispositivo militar frente a Corea del Norte, lo que constituye una advertencia contra el régimen de este país y sus reiteradas amenazas del lanzamiento de missiles en prueba. Corea del Norte exhibió ayer un nuevo misil balístico y reiteró su disposición a la confrontación nuclear con Estados Unidos. La tensión en la península de Corea y en toda esta zona es máxima. Donald Trup está desplegando armamento y ya ha actuado militarmente en Siria y Afganistán, donde ha ordenado el lanzamiento de la mayor bomba convencional.
La política exterior del nuevo presidente de Estados Unidos abre una fórmula belicista de imprevisibles consecuencias.