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Un año después de la dimisión de Esperança Camps, la forzada salida de Ruth Mateu como titular de la Conselleria de Transparencia, Cultura y Deportes abre una nueva crisis en el Govern que preside Armengol. Su situación se complica en el Parlament tras anunciar Més per Menorca -con tres diputados autonómicos- que sale en bloque del Ejecutivo, aunque continúa dentro del Pacte.

El cese de Mateu era inevitable tras la ocultación en el portal de transparencia de la conselleria de los contratos adjudicados a dedo al director de la campaña electoral de Més per Mallorca. Una consecuencia de los desacuerdos internos en Més, focalizados en Mallorca, pero que ha acabado pagando la coalición menorquinista.

Las razones de fondo sobre el caos político en el que se encuentran sumidos las dos formaciones econacionalistas las hallaremos en la diferente percepción que tienen sus bases y sus dirigentes respecto a la gestión en las instituciones. Hay retrasos clamorosos que evidencian mala gestión como la necesaria, pero aplazada, regulación del alquiler turístico, y el traspaso de la promoción turística. Més per Menorca debe resituarse en el nuevo escenario.