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El Consell quiere que, a medio plazo, el 45 por ciento de los turistas que llegan a Menorca, lo hagan fuera de los meses de verano. O sea, mantener las cifras de visitantes, pero sin crecer durante los meses punta de junio, julio y agosto, donde se concentra la mayor afluencia. Significa que 110.000 de los 882.000 turistas que llegan en estos tres meses de 'temporada alta' vengan en otros momento, concretamente en abril-mayo y septiembre-octubre. A corto plazo, supondría un trasvase de 40.000 turistas. El objetivo de este plan es la desestacionalización para lograr la antigua reivindicación de una temporada de seis meses en Menorca.

Para este año, 'todo el pescado ya está vendido', y lo que se presenta como objetivo se podrá plantear para la temporada del 2018, cuyos contratos ya están firmados o bien ya se están negociando. En este contexto, no se puede demorar más la ordenación del alquiler turístico vacacional, que incrementa la elevada concentración de visitantes durante los meses de verano.

Al mismo tiempo, la Isla debe contar con transporte aéreo y ofrecer atractivos y oportunidades -más allá del sol y playa- para que la desestacionalización sea algo más que un buen deseo.