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La oferta de alojamientos de turismo rural se ha duplicado en Menorca en los últimos cinco años al pasar de once agroturismos y cuatro hoteles rurales, que en conjunto sumaban 249 plazas, a las actuales 562 plazas de los 23 agroturismos y seis hoteles rurales. Un crecimiento del 125 por ciento que ha coincidido con la extraordinaria expansión de la vivienda turística vacacional, mientras las plazas hoteleras se han mantenido estables, al estar limitadas por el Plan Territorial Insular.

El entorno y el paisaje de Menorca -la isla de Balears que ha sido declarada Reserva de Biosfera por la Unesco- constituyen los mejores alicientes para el turismo rural, un sector que ha registrado un incremento en la facturación, según los datos de gasto turístico de PIME.

En estos momentos hay varios proyectos en trámite, por lo que en los próximos años habrá otros agroturismos y hoteles rurales, llamados a integrarse en una red insular para su promoción conjunta. Las administraciones deben crear un marco normativo que ordene y facilite esta actividad económica, dimensionada a Menorca. Y no pueden demorar más, por su impacto, la regulación de la vivienda turística vacacional.