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Representantes de catorce formaciones parlamentarias -ERC y Bildu han declinado la invitación- participarán en la ronda de contactos que mantendrá el Rey antes de proponer un candidato para ser investido como nuevo presidente de Gobierno. Los resultados de las elecciones del 26-J presentan un panorama endiablado para desatascar la situación en la que se encuentra inmersa la política española desde diciembre.

La victoria del PP en las urnas resulta insuficiente para un nuevo mandato, mientras que las alianzas posibles abren serias dudas y dificultades. Solo existe acuerdo en evitar unas terceras elecciones. Aquí adquiere gran relevancia el papel que le corresponde desempeñar a Felipe VI. Tratar de utilizar al Rey como intermediario de las negociaciones constituye un error porque implicaría vulnerar el principio de neutralidad que le es exigible. La incapacidad de alcanzar un acuerdo para que no deban convocarse otros comicios es una responsabilidad de los líderes implicados, no del Jefe del Estado. España necesita decisiones que no se pueden seguir aplazando de forma indefinida y la convocatoria de unas nuevas elecciones no es la solución.