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El Papa Francisco ha pedido desde Roma a todas las parroquias que acojan a refugiados sirios con una llamada a la solidaridad que ha obtenido una rápida respuesta en Menorca.

A través de Caritas Diocesana de Menorca, el obispado se ha puesto a disposición de las administraciones para que nuestra Isla también sea espacio de acogida para las familias que llegan a Europa huyendo de la destrucción y la guerra.

Y ha sido precisamente Caritas Diocesana quien ha denunciado «la ineficiente política, inaceptable en términos de dignidad y defensa de los derechos humanos». Al mismo tiempo, pone al servicio de los refugiados el esfuerzo de los voluntarios, sus recursos e infraestructuras para acoger a los que lleguen a Menorca. El Papa Bergoglio, humanista y líder espiritual, acierta al impulsar esta ayuda, que ayudará a miles de musulmanes. Una apuesta a favor de la paz en unos países dominados por el fanatismo. Los católicos responden con pan, acogida y libertad a quienes solo hallan horror, sangre y muerte. La dignidad moral del cristianismo se sitúa por encima del odio y el desprecio. El amor es el arma más implacable para derrotar la injusticia.