El papa Francisco anunció ayer, por sorpresa, la canonización el próximo mes de septiembre del franciscano mallorquín Juníper Serra de quien se conmemoró, el año pasado, el tricentenario de su fallecimiento en California. Esta decisión significa el espaldarazo definitivo de la Iglesia católica a la labor evangelizadora realizada por el padre Serra durante su labor periplo por tierras americanas.
La santificación del misionero mallorquín, valorada desde Menorca, pone hoy de relieve la trayectoria del sacerdote Pere Camps Janer, de Es Mercadal, que 1768 se incorporó a la expedición de 1.400 menorquines a La Florida. El padre Camps y otro sacerdote de la Isla, Bartomeu Casasnovas, del convento de los agustinos de El Toro, sufrieron las penalidades de quienes buscaban trabajo y prosperidad en unas condiciones durísimas y unos terrenos pantanosos; lejos de su Menorca natal. Pere Camps denunció primero el maltrato y las vejaciones de la colonia menorquina, y después reclamó y logró que pudieran convertirse en propietarios de las tierras que cultivaban junto a San Agustín.
Menorca debe recordar y reivindicar hoy la figura de Pere Camps Janer en América.