La convocatoria de elecciones al Parlamento Europeo, que se celebrarán el próximo 25 de mayo, suscita escaso interés, a tenor de los sondeos demoscópicos al pronosticar una participación que no alcanzará el 50 por ciento.
Para los residentes en una región insular, como somos los menorquines, estos comicios son de extraordinaria importancia y trascendencia, dado que, más allá de las repercusiones de las directivas comunitarias, de obligada aplicación, la Unión Europea está obligada, por el Tratado de Lisboa, a arbitrar medidas para reducir y compensar los sobrecostes de la insularidad.
Quienes vivimos en unas islas de la UE debemos estar en situación de igualdad que los ciudadanos comunitarios que residen en la Europa continental. A igualdad de derechos, igualdad de obligaciones para evitar agravios comparativos.
Las Baleares no somos una región ultraperiférica como las Canarias, pero soportamos unos costes añadidos por el hecho de ser islas. El primer problema a resolver consiste en garantizar una adecuada conectividad. Es la Unión Europea quien debe coordinar con los estados miembros un buen transporte aéreo para los isleños. De ahí la importancia de las elecciones del 25-M.