Siete bodegas locales han recuperado, en tan solo una década, la tradición vitivinícola menorquina, truncada a finales del siglo XIX por una plaga de filoxera que arrasó los viñedos de la Isla.
Crispín Mariano -que lideró desde Es Mercadal esta nueva etapa de elaboración del vino en Menorca-, Bodegas Binifadet, Sa Cudia, Hort de Son Patrici, Vinyes Binitord, Sa Marjaleta y Celler Solano han realizado un extraordinario esfuerzo, tanto de inversión como de dedicación y trabajo, para que los caldos menorquines vuelvan a ser apreciados y demandados. La calidad de la indicación geográfica «Vi de la Terra Illa de Menorca» ha sido reconocida por publicaciones de prestigio como la «Guía Peñín de los Vinos de España» que adjudica valoraciones de 80-90 puntos.
Estos buenos vinos, apoyados por un importante trabajo de promoción y divulgación que lleva a cabo la Conselleria de Economía y Medio Ambiente del Consell insular, han obtenido un magnífico resultado durante el 2013, al incrementar las ventas en un 52 por ciento.
Este elevado volumen de comercialización debe dar continuidad a la trayectoria emprendida con un producto de calidad, la incorporación de nuevas variedades y difusión comercial.