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El aprovechamiento de los recursos forestales de la Isla ha despertado el interés de nuevas empresas que ya han previsto desarrollar diez proyectos en los bosques de Menorca.

Durante siglos, numerosas actividades económicas se llevaron a cabo en las masas boscosas, con las sitges para la producción de carbón, los forns de calç, los ramers -que recogían y suministraban el combustible para los hornos-, y la tala de árboles en edad adulta para ser transformados en madera.

La extracción de biomasa recupera parte de aquellos rendimientos, garantiza la limpieza de las masas boscosas y minimiza el riesgo de incendios.
Las Balears son la única comunidad que carece de Plan Forestal, a pesar de que el 42 por ciento de la superficie está clasificada como terreno de bosque, que en el caso de Menorca llega al 56 por ciento. Nuestros bosques están madurando y envejecen. Un bosque envejecido, que no se regenera de forma natural, es vulnerable a incendios, sequías, plagas y temporales.

Se impone recuperar la biodiversidad forestal y propiciar un acertado aprovechamiento económico de los bosques, con el primer Plan Forestal de les Illes Balears que ultima el Govern.