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Parafraseando a Corman McCarthy («No es país para viejos») me viene a la mente este título cuando leo la noticia de la nueva ordenanza cívica (¿?) del Ayuntamiento de Palma que contempla la prohibición de vivir en caravanas y autocaravanas bajo amenaza de multas de hasta 1.500€. Uno pensaría que el alcalde está realmente preocupado por las personas o familias con niños, o personas de una cierta edad, que tengan que vivir sin un techo fijo y que les va a proporcionar una vivienda digna a un precio razonable. Pero no no, como en el título parafreseado, Palma no es una ciudad para pobretones, pero ¿qué se han pensado estos? En una de las ciudades de España con el m² más caro, unos trabajadores con sueldos normales, no pueden pagar unos alquileres estratosféricos , con lo cual, no se van a ir a vivir debajo de un puente , bosque o playa (los ecologistas también se quejarían). Los sueldos mileuristas no permiten alquilar precios de 1.500€ hacia arriba (eso en el caso de que lo encuentren) y el alcalde opta por la solución fácil (y falsa) prohibición y multa. Señor feudal dueño de almas y cuerpos decide donde se puede vivir o no. Tal vez no es consciente que todos estos trabajadores que tienen que vivir en vehículos no tienen otra opción y si eligen irse de la isla, les juro por Tutatis que toda la estructura turística y comercial de Mallorca se hunde. Porque el turismo es un sector de servicios, y los servicios los dan las personas (de momento, porque ya están acariciando la idea de tener robots camareros, cocineros, limpiadores).

El problema ya es crítico en Ibiza, donde es realmente un drama que policías, guardias civiles, médicos, profesores, enfermeras, etc. quieran ir a trabajar. En todas las islas podemos ver claramente diferenciados las personas que tienen que vivir en autocaravanas o las que vienen de turistas. El modelo turístico de hotel de playa, o el que se instala de hotel boutique a sablazo por noche, no le interesa el turismo de autocaravana que no los necesita para nada. Este turismo bienvenido en toda Europa deja repartido el dinero en todo el territorio, y les prometo que hay autocaravanas más lujosas que un apartamento. Sería una oportunidad de negocio para todas las islas, no consume territorio, es respetuoso con el entorno, se podrían hacer unas áreas dignas para estos vehículos que generarían ingresos todo el año. Pero el lobby hotelero ve con horror esta perspectiva y se defiende como gato panza arriba ante esta nueva modalidad de alojamiento. Además, estigmatizan a las personas que por obligación han de vivir en estos vehículos. Claro, crear áreas campamento para estas personas quedaría feo es el reverso de la postal de Balears.

Durante décadas no se ha hecho casi nada para solventar/prevenir este problema, se han sucedido gobiernos de todo signo político y lo único que no ha faltado es la apuesta por un crecimiento en turismo. Cada año se bate un récord de turistas, pero la evidencia de Mallorca (y por ende de Balears) demuestra que el turismo solo crea riqueza para unos, no para todos.

El señor alcalde de Palma tendría que saber que aunque oculte la realidad, esta no deja de existir. Y como dice el dicho: si no eres parte de la solución eres parte del problema.