«¡Que desgraciado soy porque me pasó esto!». Piensa mejor: «soy afortunado porque a pesar de lo que pasó, no estoy roto por el presente ni temeroso por el futuro».
Cuando no podemos cambiar una situación, tenemos el reto de cambiarnos a nosotros mismos. Debes aceptar tus circunstancias, quejarte de ellas lo mínimo posible y aprovechar cualquier ventaja que ofrezcan. No hagas tus problemas mayores al añadirles tus quejas. El dolor es más tolerante si no le añades nada. La adversidad no es una desgracia, sufrirla con grandeza de ánimo es una dicha.
Ninguna condición es tan amarga como para que una mente sana no encuentre en ella alguna consolación. Cree en ti mismo y todo lo que ves. Reconoce que hay algo dentro de ti que es más grande que cualquier obstáculo.
Perdonar es ir al pasado y volver sano y salvo. Perdónate a ti mismo una y otra vez pero intenta actuar mejor la próxima vez.
Mientras vivas, sigue aprendiendo a vivir.
Ser feliz es ser capaz de superar las derrotas y levantarse después.
Es posible empezar a vivir de nuevo.
Feliz Navidad.
En agradecimiento a mi familia y a mis amigos por su apoyo.