TW

En tanto padecemos gravísimos problemas por falta de recursos propios. En tanto dejamos pasar el tiempo sin posibilitar una infraestructura sostenible para aprovechar los recursos naturales que nos caen del cielo, tiramos el agua al mar. Y la tiramos toda por cierto, tanto el agua gratis de la lluvia como el agua tratada por las depuradoras. Solo la depuradora de Mahón-Es Castell ya vierte diariamente 4.500 m3 al mar.

En tanto en Israel, que cuenta con técnicas avanzadas, recuperan toda el agua depurada para convertirla en potable, en Menorca no conseguimos llevar a cabo, de una vez, un plan sostenible para no desperdiciar éste preciado bien común. En Menorca se tira el agua al mar.

Hasta el momento, y para poner solución a este gravísimo problema que padece toda la Isla, se vienen tomando decisiones parciales. Una desaladora durmiente por aquí, una potabilizadora por allí, un aljibe en éste otro lado, etc…. Se pierde un ratito hablando de la depuradora de Ciutadella – en paz descanse -, otro ratito hablando de los nitratos, que si «ósmosis inversa» que si «electrodiálisis». Muy bien pero, ¿podemos ya concretar un plan válido y definitivo para Menorca? Pues, entretanto, ya está bien de tirar el agua al mar, recuperémosla.

Dejamos pasar el tiempo y el agua se agota o se contamina. Cuando llueve no se recupera el agua ni se canaliza hacia filtros verdes para su infiltración posterior -desde la superficie a los acuíferos-, la mandamos al mar. Seguimos regando los jardines públicos y también privados con agua potable. Los señores de los «yates», y menos «yates», gastan los recursos de los menorquines para limpiar sus embarcaciones. No usan el agua depurada. Entretanto, los presupuestos del 2015 no concretan la posible financiación de obras hidráulicas. ¿Nos están tomando el pelo en Menorca?

O nos dejan de tomar el pelo y se llevan a cabo actuaciones que, aunque puntuales, serían tanto efectivas, o nos vamos a quedar «secos». Conducir el agua de lluvia de Maó hacia un pozo infiltrador situado estratégicamente en Sant Joan, por ejemplo, no estaría mal. Ahora la conducimos por desnivel al mar; pues cambiemos su destino, que es mucha el agua desperdiciada. Ni tan siquiera la aprovechamos para limpiar las embarcaciones.

Tenemos que tomar en serio nuestra realidad. Hagamos ya un plan hidrológico que subsane lo expuesto y expongamos a los menorquines nuestras verdaderas posibilidades. Busquemos un plan lo más sostenible y económico posible. Limpiemos torrentes, y desde la superficie de los torrentes a los acuíferos. No nos podemos quedar sin agua, ya estamos bastante «secos» con la crisis que pasamos.