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Sus opiniones sobre la Autoridad Portuaria en «Es Diari»  del día 7 están cargadas de lógica, razón y esperanzas económicas, pero no hay nada que hacer.

Es cierto que en toda Europa los puertos están gobernados por entes autónomos en los que están representados los intereses económicos de su área de influencia, con la consecuencia de que solo se realizan las inversiones necesarias y de que se contienen las tarifas.

Aquí, Puertos del Estado es una estructura no tan solo centralizada en Madrid sino que sus cuentas están exentas de la soberanía del Parlamento, que funciona a beneficio obligatorio sobre el valor de sus activos y que, por tanto, está interesado en aumentarlo  para ingresar màs, y de ahí que sus tarifas sean las más altas de Europa en contra de la competitividad de nuestra economía.

En esta situación no es de extrañar que el bipartido se niegue a descentralizar su competencia, para continuar disfrutando de semejante fuente de poder y de dinero. Por contra, el bipartido no ha tenido el menor empacho en transferir a las Comunidades Autónomas las competencias sobre sanidad y educación, claves de la cohesión de España, a cambio de apoyo político durante cuatro años.

Como no veo a los ciudadanos de Menorca manifestándose ante las oficinas de Puertos del Estado, cortando el tráfico o haciendo escrache a su presidente, ya me dirá usted qué podemos hacer.