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El trenecito de Mahón-Alaior y viceversa, es el que me temo van a formar los vehículos que circulen por la ME1 una vez acaben las obras de reforma de la misma. He llegado a esa conclusión a raíz de una cuestión que se va a plantear como consecuencia de la prohibición expresa de girar a la izquierda, impuesta por el Consell, para justificar la construcción de las injustificables rotondas.

Tras consultar a diversos profesionales, me comentan que para hacer efectiva esa prohibición, no en un punto concreto sino a lo largo de todo el trazado y para los vehículos en ambas direcciones, como quiere el Consell, hay que señalizar la carretera convenientemente. Según la Ley General de Tráfico, no hay otra señalización vial para expresar dicha prohibición que pintar en el centro de la carretera una raya continúa a lo largo de la misma. Todo bien hasta aquí. Pero ay, ay, la línea continua implica también que no vamos a poder adelantar a un vehículo más lento, y conllevará viajar a la velocidad del coche que nos precede durante todo el trayecto. Si además éste no pertenece a la categoría de los considerados vehículos lentos, no tendrá ninguna obligación de apartarse a un lado del arcén y nos veremos obligados a ir a su paso sea el que sea.

Horror. Un gasto millonario en un momento altamente impopular, tres años de molestos trabajos, un deterioro del paisaje, una despersonalización de la Isla, un coste altísimo de mantenimiento y una alarma social provocada por tal acción ¿Todo para qué? Si al final va a resultar que no podremos adelantar y puede que nos veamos obligados a ir todo el trayecto a 45,50 o 60 Km./hora. ¿Qué clase de mejora es ésta?

Si no podemos adelantar implicará ralentizar la velocidad de la marcha y lógicamente empeorar la fluidez del tráfico. Eso sin contar los atascos en las entradas de las poblaciones cuando lleguen a ellas de golpe, el trenecito de coches. ¿Qué van a decir entonces todas esas asociaciones del transporte por carretera que creían iban a salir beneficiadas con semejantes obras?

Claro que el Consell puede optar por pintar la línea discontinua en la carretera. Pero ay, a si así lo deciden para permitir los adelantamientos, la línea discontinua también es indicadora de la posibilidad de girar a la izquierda. Con lo cual la incoherencia del Consell sería supina, pues por un lado prohíben los giros a la izquierda en la ME-1 cuando les interesa para justificar las rotondas y por otro lado en cambio, los podrían permitir cuando éstas ya estén construidas. Lo que pondría en evidencia que toda la argumentación empleada para llevar a cabo su proyecto era una falacia.

También pueden optar por construir un muro en el centro de la carretera y a lo largo de la misma para no permitir el susodicho giro. Pero entonces la ME-1 se convertiría en una carretera peligrosísima en caso de cualquier percance. Se lo imaginan.

Por último nos queda la posibilidad de colocar señales de tráfico expresando esa prohibición. Pero ay, ay, esas señales, me indican, que solo son indicativas de dicha prohibición en un lugar puntual y determinado. No me imagino una señal plantada cada veinte metros a ambos lado de la carretera.

No tendremos AVE, ni un transporte aéreo adecuado, pero ay, ay, tenemos un transporte público interior insuficiente, y pronto, un trenecito entre Mahón y Alaior. Y quizá de no variar los planes del Consell, hasta Ciutadella.

¡Bon voyage!