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Miré por dos veces la pagina XV del especial de Sant Antoni del diario. Incluso di la vuelta a la misma, por si a Victoriano Seoanne  Pascuchi se le había dedicado una página entera que era lo que verdaderamente se merecía, y cual no fue mi sorpresa al no encontrar ni rastro del paisano que incomprensiblemente, ha pasado sin pena ni gloria por un estamento en el cual  dejó tantes petjades.

Ya lo ven, mis queridos lectores, así somos los humanos, es por ello que una ha dejado de creer en tantas cosas, los criterios, los premios y las vanaglorias no se reparten con ecuanimidad ni molt menos, las valoraciones, díganle puntuaciones o lo que más les guste, es sinónimo de amiguismo, color político, afiliación al partido. Vaya, sin ir más lejos,  como decía  el fiel  Sancho Panza, para conquistar la gloria hay que ser lameculos. Han pasado los siglos de los siglos y amén, todo sigue igual. Nos encontramos en el siglo XXI y la humanidad, la reina de la tecnología, tanta que ha provocado el paro,  va andando por el mismo caminito, rozándose con el que más ofrece, incluso con tan solo dar una hojeada a la prensa se nota este halo de quién es él  (L. C.).  Del jefe de la cosa. Ya lo dice el refrán. Dime con quién andas y te diré quién eres.

Por todo ello y para tranquilizar mi espíritu, ayer mañana, como otras tantas, acudí a nuestro cementerio para rezar ante la tumba de mi querido amigo, donde reposa junto a su esposa. Frente a su panteón se hallan enterrados sus padres, no es casual, él así lo deseó. Victoriano,  que fue un caballero, estudioso de nuestra historia, investigador incansable de todo cuanto tenía que ver con Menorca, el primer  intérprete menorquín  en los tiempos de la nueva era turística de 1950, intimo amigo de don Fernando Rubió el cual nunca se cansaba de alabarlo ya que gracias al mismo organizaron la primera excursión menorquinista a Florida para encontrarse con los descendientes de los menorquines, lo que le llevó al investigador mahonés profundos estudios sobre el particular y que tanto y tanto le debemos.

Precisamente sé de muy buena tinta que el doctor Rubió en sus últimos tiempos cuando los que serían sus herederos de Mongofra, el barquito velero, y los sacos repletos de millones respiraban tranquilos ya que el mecenas lo dejaba atado todo bien atado para ellos, se lamentaba de que no le fueran a visitar con más asiduidad, tan solo una persona le dedicaba todo el tiempo del mundo a cambio de nada, esta persona tiene nombre y apellidos. Victoriano Seoanne Pascuchi.

Invito a los lectores de nuestro diario a que repasen la hemeroteca y observarán el cúmulo de  trabajos que en el mismo se encuentran con su firma, muchos de ellos han servido a estos llamémosles falsos investigadores que después aprovechan como propiedad privada, llegando a mostrarlos al público bajo formato de libros. Una vargonya.

No puedo despedirme sin recordar su paso por el Ateneo mahonés, donde fue parte muy importante. Decía de él don Juan Victory Manella que fue alcalde de Mahón que gracias a Seoanne  los ingleses regresaban a su país habiendo conocido, la historia de la Isla bajo la dominación inglesa, las mejores playas, la caldera de langosta de casa Burdó en Fornells y el Ateneo de Mahón, que con tanto orgullo mostraba a los extranjeros.

Desde el 2000 en que por motivos de salud, dejé de asistir a la llamémosle vida social e intelectual, no había asistido a ninguna de las tertulias del Ateneo, lo hice con motivo de la presentación de Eva Sintes Clar, por cierto nada que ver con las que se hacían en otros tiempos, mis tiempos, en que no había moderador, no era preciso, todos ellos sabían tanto que ara fa ganes de riure para este menester hay que saber y mucho, hay que tener base y  categoría de lo contrario, apaga y vámonos.

Nos sentábamos tal cual nos encontráramos en un salón que por algo había sido el de la familia Terrés antiguos propietarios de aquel edificio. Los señores Bruce Laurie, Gim Maps, Victoriano Seoanne,  Francisco Fornals,  Juan Moysi, Alberto Verdaguer, y esta servidora en calidad de oyente, que en muchas ocasiones pedía permiso ya que mi aspecto personal tenía mucho que desear, tras haber dedicado varias horas de baldeo en el porche donde se encontraban infinidad de volúmenes y cajas repletas de papeleo que  algunas tardes me dedicaba a ir limpiando y colocando debidamente. (De todo ello puede dar  fe mi admirado Quico Fornals al que aprovecho para mandarle  todo mi cariño).

Y no voy a continuar, no es preciso, si hay un Dios como siempre se ha dicho, él se encargará de premiar tal como se merece ya que los humanos no han sabido hacerlo.

El próximo día 26 se cumplirá un año en que Victoriano Seoanne Pascuchi nos dejó, fue el primer menorquín relevante que falleció el 2013.