A propósito del último desengaño en materia de transporte aéreo, protagonizado por el ministerio de Fomento, para dar al traste con el futuro de la isla de Menorca.
Había una vez hace muchos años, una isla pequeñita que tenía un puerto muy lindo y un aeropuerto chiquitín. Navegar hasta ella era barato y volar también. Como la isla era bonita, gentes de otras tierras la visitaban, y aunque tenía pocos servicios e infraestructuras resultaba atractivamente genuina. Cada vez venían más y sus habitantes que vivían de la leche, pasaron a vivir de leche, y algunos de ellos a jugar al cuento da la lechera… "si fem això tindrem allò, si construim aquí vendrem allà…
Todo era bonito. Todo interesante. Los años pasaron y cada vez había más servicios, y también más políticos. La rica miel atrajo la atención de Fomento, que con su nefasta manera de entender lo que precisaba y sucedía en la isla, liberalizó el transporte (para vuestro bien, dijeron). Construyó innecesariamente un aeropuerto. Gigante. Y otro puerto. Horrible. Y los precios de los pasajes empezaron a subir y a subir y ay… cada vez, paradójicamente venían menos y menos visitantes.
"¿Què hem fet? ¿Què hem fet?, se preguntaban los lugareños… "si fins i tot tenim un ascensor per baixar al port".
Lo que había ocurrido era tan sencillo que nadie reparó en su importancia. Vivían en una isla.
Su bienestar dependía, sí o sí, de los caprichos del Ministerio de Fomento. Unas veces lobo y otras garrapata, en su autismo centralista no entraban los planes de escuchar, aunque sí los de aprovecharse de aquella isla feliz. Por un lado, les negaba el pan y la sal, a su talón de Aquiles. El transporte y sus altas tarifas. Por el otro, les endilgaba obras innecesarias, (en marcha, ahora, una sarta de macro-rotondas). Ante los hechos, las administraciones locales y autonómicas mostraban una nulidad absoluta, y cada vez ponían más en evidencia su innecesaria y prescindible labor.
Los isleños protestaron, se indignaron, reclamaron, se organizaron en plataformas reivindicativas. Advirtieron, propusieron, y se implicaron. Daba lo mismo. Hicieran lo que hicieran, al final, siempre resultaba el mismo cuento. Ni valían las promesas electorales, ni los agravios comparados, ni la necesidad acuciante. Fomento sordo, les engañaba, o cuando se sentía acorralado les negaba una y otra vez las soluciones. Y colorín, colorado, desgraciadamente, este cuento no ha acabado.Moraleja en rima. Cuanto peor es el cuento, más implicado está Fomento.
Jordi Viola Giner
Alaior
Es Vesins vol recordar Vicens Ligüerre
Fa un parell de dies que en Vicens Ligüerre ens ha deixat i des de l'Associació de Vesins de Ferreries el volem recordar com una persona compromesa i sempre activa. Implicada amb Cas Vesins, tant amb les activitats reivindicatives que es portaven a terme, com les d'esbarjo.La junta directiva de Cas Vesins, vol transmetre una càlida abraçada a na Fina i les seves filles, Judith, Iskra i Ariadna, tot recordant a Vicens, com a bon company.
Associació de Vesins
s'Enclusa de Ferreries
Becas e insularidad: ¿Hay debate?
A nivel nacional se ha producido en los últimos días una intensa polémica sobre la reforma de las becas promovida por el Ministerio de Educación. Se han publicado numerosos artículos de opinión, muchos políticos han dado su parecer, en diferentes blogs se ha debatido sobre ella y el propio Wert ha opinado una y otra vez sobre dicha reforma.¿Y en Menorca?, ¿qué debate hay? Silencio
¿Tienen algo que decir los políticos en Menorca? Silencio
¿Tienen algo que decir los representantes políticos, elegidos en las urnas, responsables del Gobierno de Menorca? Silencio
¿Y los partidos políticos? Silencio
¿Y los representantes del Govern Balear? Silencio
¿Y los representantes políticos en el Congreso de los Diputados? Silencio.
Ante este silencio generalizado podríamos pensar que la reforma de las becas que promueve el Ministerio no afecta a los estudiantes menorquines.
Efectivamente, si la reforma de las becas no afectara a los estudiantes menorquines se podría explicar, en algún sentido, la falta de debate.
Sin embargo, éste no es el caso. La reforma de las becas prevista por el Ministerio de Educación perjudica a los estudiantes menorquines y, además, de forma escandalosa.
De hecho los estudiantes menorquines serán uno de los grupos especialmente perjudicados por la reforma de las becas.
La información sobre el nuevo modelo de becas se puede encontrar en muchos medios de comunicación, por lo que aquí únicamente señalamos los rasgos principales: se ajustan los niveles de renta familiar para acceder a las becas, se dificulta el acceso a las becas según rendimiento académico, se reducen a la mitad o menos las cantidades de las becas que hasta ahora existían, se introduce un elemento variable en la beca de manera que los estudiantes no van a saber qué beca tendrán hasta que la cobren. Este elemento variable va a estar limitado y moldeado por (fíjense): 1. el número total de becarios, 2. las notas medias del alumno, 3. las notas medias del conjunto de todos los alumnos, 4. el nivel de renta y 5. (Fíjense otra vez) el presupuesto disponible.
Además se eliminan las becas de movilidad. Éstas son las que estaban relacionadas directamente con la insularidad y se destinaban a los estudiantes que para seguir sus estudios no obligatorios deben matricularse en universidades de otras comunidades autónomas. Estas becas constituyen una ayuda fundamental para pagar el coste de mantener dos domicilios y gastos correspondientes (en Menorca y, por ejemplo, Barcelona)
Todas estas medidas, que propone Wert, se añaden a la difícil situación que viven las familias, al expolio que sufren los sueldos de los trabajadores, los recortes en las prestaciones sociales, la subida del IPC, los constantes aumentos del coste de electricidad, agua, teléfono, gas, transportes y un largo etc. de pagos y repagos de tasas e impuestos.
Formulemos de nuevo la pregunta: "Becas e insularidad: ¿Hay debate?"
La respuesta es clara.
Acabemos con una nueva pregunta:
"Becas e insularidad: ¿Es necesario un debate?"
Bárbara Salvà Siquier
Sant LLuís
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