Después de las elecciones del 20N, en otro texto, "Les Moutons de Panurge", constataba que los partidos tradicionales y al uso (PP, PSOE, IU y "gli altri") se habían llevado el gato al agua con el 64% del censo electoral. Y, por otro lado, me asombraba de los 7 millones de votos cosechados aún por el PSOE y del incremento sustancial de votos de CiU. Estos dos partidos obtuvieron, respectivamente, millones y cientos de miles de votos, a pesar de que habían procedido y estaban dedicados a la destrucción del Estado del Bienestar tanto en España como en Cataluña; y, al mismo tiempo, estaban exigiendo sacrificios sin cuento, a los sufridos ciudadanos de a pie, por desmanes de los que no eran responsables.
Ahora bien, fue el PP el que obtuvo la mayoría absoluta (casi 11 millones de votos, 44,62% de los votos emitidos y 186 diputados). Con estos resultados, el PP remató el éxito arrollador e incontestable, conseguido, seis meses antes, en las elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo de 2011. Y para rematar la faena, el PP sólo espera conseguir el poder también, el 25 de marzo próximo, en Andalucía, feudo tradicional y cortijo particular del PSOE.
Para barrer en las elecciones municipales, autonómicas y generales, el PP contó con la ayuda inestimable e impagable del lamentable desgobierno de la "res pública" por parte del PSOE, capitaneado por Rodríguez Zapatero. En efecto, este negó reiteradamente la crisis que nos atenazaba, no hizo nada contra ella o lo que hizo fue contraproducente. Solo tenía la vista puesta, partidaria y egoístamente, en los sondeos sociológicos y en las siguientes elecciones. Este desgobierno socialista dejó a España hecha unos zorros y prácticamente en estado de coma: 5,3 millones de parados, un déficit del 8,2% en las cuentas del Estado, una corrupción sistémica, un despilfarro ingente de recursos, un crecimiento negativo de la economía, subidas generalizadas de los precios, congelación de pensiones y sueldos de los funcionarios, recortes en las partidas fundamentales del Estado del Bienestar (sanidad, educación, servicios sociales) y en los sueldos de los asalariados, en general, … "Que sais-je encore?" ¡Así se las ponían a Fernando VII!, se le podría decir a Mariano Rajoy.
Manuel I. Cabezas González
Cerdanyola del Vallès (Barcelona)
Una llei ofensiva
L'esborrany de la llei de turisme em sembla ofensiu.
Crec que és un insult a tots aquells que hem construït les cases legalment. Fer-se una construcció il·legal és molt més fàcil, ràpid i barat. Però si tothom fes el que volgués tindríem un paisatge destrossat i la major part de les cases tindrien una qualitat molt inferior a la desitjable. Que aleshores el Govern, que és aquell que posa les normes a l'hora de construir, proposi de legalitzar l'il·legal pel fet de utilitzar-lo per al turisme, és ofensiu.
Ofensiu per a tots aquells que han complert la llei al construir la seva casa o local de negoci. I ofensiu per a tots els que dediquen la seva feina i els seus doblers a altres activitats econòmiques com ara l'agricultura, la ramaderia, la informàtica o la fabricació de fitxes de dòmino. Per què l'empresari turístic no ha de complir la llei i els altres sí?
Ofensiu per als arquitectes de l'illa, si l'arquitecte és reconegut internacionalment pot construir un 40 % més, és a dir surt molt més rendible fer l'encàrrec a un arquitecte de fora.
Seguint aquesta tònica, proposo altres possibilitats per augmentar el turisme: Suprimir la necessitat de passar la ITV als vehicles destinats a l'ús turístic i permetre un 40% més de passatgers si els pilota Fernando Alonso.
Permetre el tràfic de drogues amb finalitat exclusivament turística, etc, etc.
Gina Vergés Farreró
arquitecte
Maó
Primer día de colegio
La mayoría de personas solemos tener un recuerdo especial del primer día de colegio. Naturalmente, me refiero a las personas de una cierta edad, pues hoy día los niños empiezan tan pronto que no pueden recordar cómo fue su primer día de "cole."
Recientemente, en una clase de Taller de Prensa (en el Centro de Personas Mayores del Camí des Castell) nuestro "conductor" Rafa nos pidió que cerráramos los ojos y nos centráramos en algún recuerdo, lo más lejano posible; para pedirnos después que lo pusiéramos por escrito.
Lo hizo sobre todo para demostrar a algunos de los alumnos que suelen comentar que no son capaces de escribir nada bonito que sí lo son. Así pasó con Magda, que contó sus impresiones del día de su primera comunión (consiguiendo que todos nos emocionáramos al leernos su precioso relato; con una redacción impecable, además).
Yo retrocedí 58 años, para rememorar mi primer día de colegio. Vivíamos a medio camino entre Llucmaçanes y Mahón. Como ya mi hermano Antonio iba a Llucmaçanes, allí empecé yo. Hacía tiempo que deseaba ir, creo que siempre estuve ávida de conocer nuevas cosas y aprender a leer los cuentos por mí misma, sin tener que pedirle a mis hermanos que me los leyeran; esa fue sin duda una buena motivación. Pero no pude empezar hasta cumplir los seis años. En los colegios rurales, los niños iban a un colegio y en otro las niñas; pero además desde los seis a los catorce años, íbamos todos/as juntos con un solo maestro/a; con lo que para los profesores no resultaba nada fácil atender la enseñanza de edades tan diferentes a la vez, ni los alumnos avanzábamos tan rápido como yo deseaba. Fue por ello que a los nueve años, mi padre decidió cambiarme a un colegio de Mahón, donde la enseñanza era mejor y sobre todo en clases diferentes según la edad o los conocimientos de cada una.
El caso es que había esperado tanto ese primer día, que la noche anterior no pude dormir; me levanté temprano, nadie tuvo que llamarme. Mi hermana peinó con esmero mis dos trenzas; me puse mi mejor vestido y la ansiedad hizo que me resultara eterno el tramo de camino que debíamos recorrer para llegar al pueblo (unos veinte minutos). Mi hermano Antonio me llevaba cogida de la mano; al dejarme en la puerta del colegio, mi corazón latía descontrolado y las manos me sudaban horriblemente. Por suerte la señorita Pilar me recibió muy cariñosa y me dijo que me sentara al lado de otra niña de mi edad. Me impresionó la gran pizarra negra y los enormes mapas que colgaban de las paredes. Yo estaba muy callada escuchando las explicaciones de la maestra. Por fin sonó la sirena y salimos todas al recreo; mi hermano se acercó a ver cómo andaba y eso recuerdo que me tranquilizó bastante. Algunas niñas se acercaron a saludarme y me invitaron a participar en sus juegos. ¡Qué alivio! A los pocos días ya estaba completamente integrada. Pero siempre recordaré esa mezcla de ansiedad y miedo que experimenté esa primera mañana.
Antes de despedirme, quiero recordarle a la señora Caules que no se asuste tanto de mis pequeños fallos, que yo no escribo crónicas, ni pretendo sentar cátedra con mis escritos; tan solo hablo de sentimientos y de "mis recuerdos". Yo no me dedico a contar la vida de los demás, ni pretendo imitarla en nada (entre otras cosas porque no acostumbro a leerla, me avisaron otras personas de su escrito criticándome ). Creo que por suerte el "Menorca" tiene cabida para las dos. Yo le deseo lo mejor.
Antonia Pons Salom
Sant Lluís
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