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¿Dónde están
los ingresos
de un ayuntamiento?
Érase una vez un profesor interino que fue llamado para cubrir una sustitución en la isla de Menorca, corría septiembre de 2006.

Este profesor, acostumbrado a hacer deporte regularmente, decidió buscar alguna actividad deportiva que desarrollar durante su periplo en Alaior.

Y encontró que la piscina que había en la ciudad de Maó (muy próxima a su municipio de residencia temporal) era una buena opción. Sabía que no iba a estar mucho tiempo, pero durante el tiempo que fuese podía perfectamente hacer uso de las instalaciones de dicha piscina.
Se informó y empezó a practicar la natación por su cuenta.

Acabó el trimestre y la sustitución que cubría. Tuvo que volver a su residencia habitual en la isla de Ibiza, concretamente en el municipio de Sant Antoni de Portmany.

Todo esto no tendría mayor trascendencia si desde la fecha de su vuelta, las cosas se hubiesen desarrollado con normalidad.

Cada trimestre, al mirar su cuenta corriente, veía que el Ajuntament de Maó cargaba el recibo trimestral correspondiente por el uso de dichas instalaciones. Este profesor, automáticamente daba orden a su banco (vía on-line) para que devolviese el recibo y anulase el contrato que allá por finales de 2006 había firmado.

Pero el tiempo pasaba y pasaba, y este profesor, un poco "inocente", pensó que tarde o temprano dicha administración pública dejaría de pasarle los recibos de un servicio que hacía mucho tiempo dejó de utilizar (solo un trimestre).

Además no podía entender el funcionamiento de dicho ayuntamiento si él estaba utilizando otros servicios que se ofrecían en el municipio en el que residía actualmente.

Ya desesperado, cansado, ….. de todo esto, en septiembre de 2010 decide ponerse en contacto vía telefónica con dichas instalaciones y le dicen que la única manera que tienen para solucionar dicha situación (un tanto esperpéntica, surrealista y alucinante) es que tiene que remitir un fax o un correo electrónico solicitando la baja de dicho servicio.

Dicho profesor, envió su baja vía correo y pasado el tiempo no le volvieron a pasar más recibos. Él estaba muy contento porque había visto cómo el problema se solucionaba o eso pensó él. Era finales de septiembre de 2010.

Pero cuál no fue su sorpresa que pasados unos meses, concretamente hace unas semanas, recibe dos cartas de su banco en las que le informan de que sus cuentas son embargadas por una cantidad que asciende a unos 500 euros aproximadamente.

Su cabreo fue mayúsculo al ver que era el Ajuntament de Maó el que le embargaba sus cuentas.

Automáticamente se puso en contacto con su entidad bancaria y ésta le informó que ellos no podían hacer nada y que tenía que solucionarlo con la administración pública pertinente.

Ese mismo día llama a las oficinas de dichas instalaciones para "subsanar" el error del que dicho profesor creía ser partícipe. Pero cuál no fue el asombro de éste al enterarse que el servicio de cobro de dichos recibos lo tenía subcontratado con una empresa, concretamente Regestril y que ellos (las instalaciones deportivas) tampoco podían hacer nada.

Otra llamada más, otra vez a explicarle a otra persona su caso. Más indignación, más cabreo, … Las palabras se quedan cortas para describir su estado.

Esta persona que le atiende le explica que tampoco puede hacer nada, que ellos se dedican a cobrar los recibos que el Ayuntamiento genera (cada vez un contrato nuevo y por tanto un nuevo recibo que invalida el contrato inicial que había firmado inicialmente) y que lo único que puede hacer es presentar una instancia y esperar. Le comenta dicha persona, que se estaban encontrando con más casos como el mío.

Él no podía dar credibilidad a la situación que estaba viviendo. Resumo el contenido de esta historia para que se hagan una idea.

Una administración pública no ha sido capaz durante cuatro años (Primer trimestre 2007 – Cuarto trimestres 2010) de cobrar un solo recibo de un abonado. Ha ido generando recibos y nuevos contratos que han sido anulados por el "supuesto" usuario.

Además, se pregunta dicho usuario y ciudadano, como le dejó claro a la última persona con la que habló ¿cómo es posible que una persona haga uso de dichas instalaciones durante cuatro años sin abonar un solo céntimo? Dicha persona no sabía que contestar.

Alucinante, surrealista, esperpéntica, … no hay palabras.

Ese mismo día, después de la anterior llamada, vuelve a llamar a la empresa Regestril para que le informe exactamente de lo que tiene que hacer para poder detener el embargo que se había puesto en marcha. Amablemente le contestó y le ayudo en lo posible. Le comenta que debe presentar una instancia ante la oficina del consumidor, además de presentar un documento como que no residía en la isla de Menorca.

La cabeza se pone a pensar e intentar ver qué documentos y la forma de presentarlo para parar esto. Todo esto ocurría el 17 del pasado mes.

Al día siguiente, se pone en contacto con su entidad financiera para que le facilite un extracto en el que se recojan las órdenes dadas por el dicho usuario para la devolución y anulación de los correspondientes recibos. La entidad le dice que en breves días recibirá dicha carta.

Los días pasan y casi dos semanas y el correo no llega. No hay carta de la entidad. Otra llamada telefónica. Estamos a 7 de marzo. Le comenta amablemente la teleoperadora que le atendió que su solicitud había sido ejecutada casi diez días después de su llamada. El profesor, agobiado, le insiste en que necesita urgentemente dicha información ya que necesita presentarla y los plazos se agotan.

Gentilmente le comenta que en esa tarde recibirá vía fax la información requerida.

El profesor recibe con alegría dicha información esa misma tarde.

Ahora solo cabe remitir toda la información para que se pueda parar la maquinaria.

Al día siguiente se pone en contacto con la oficina del consumidor de Maó para pedir información a quién debe dirigir su instancia y le contestan rápidamente.

Hoy mismo, el día 9 de marzo de 2011, (¿se han dado cuenta cuánto tiempo ha pasado?) envía dicha instancia con toda la información que cree puede utilizar para su "salvación":
-Instancia dirigida al Ajuntament de Maó
-Hoja de servicio de la Consejería de Educación.
-Certificado de empadronamiento
-Extracto de los órdenes de recibo de su entidad financiera.
-Extracto de los recibos del Ajuntament de Maó.

Envía toda la documentación y automáticamente recibe un correo electrónico con el justificante de la entrada de dicha instancia por parte de la oficina del consumidor.

Pero cuál es su sorpresa que al revisar su cuenta corriente (momentos después de creer superar la prueba final), que ese mismo día el Ajuntament de Maó ha ejecutado dicha orden anunciada y ha visto como le han desaparecido de su cuenta 500 € de un servicio no utilizado.

¿Cómo continuará la historia?

¿Qué puede hacer un usuario ante esto? ¿En qué piensa un ciudadano que ve cómo han sido incapaces de controlar sus "ingresos" durante 4 años por parte de una administración pública? ¿Cómo puede reaccionar ante tanto despropósito? ¿La realidad puede superar la ficción? En este caso sí.

Salva Aguilera
Maó

Babel
De acuerdo con la Constitución Española de 1978, el castellano o español es la lengua oficial del Estado y todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla, también dice que otras lenguas, también españolas, son reconocidas como cooficiales en diversas comunidades autónomas, conforme a los estatutos de autonomía.

No entendemos como un idioma tan apreciado por 500 millones de personas, que es el tercero más usado en el mundo, el tercer idioma más utilizado en internet, el segundo idioma comercial, que es uno de los seis idiomas oficiales de la ONU, es substituido por el catalán, lengua habitual de tan solo 4'5 millones de personas, las razones para utilizar este idioma abundan, cultura, orígenes, lengua materna, todo esto se aduce para justificar semejante barbaridad, lo cierto es que los antiguos menorquines se resisten a utilizarlo, ellos tienen como lengua original el menorquín, mezcla de muchas lenguas, ¿qué ocurre con la juventud menorquina, no piensa salir de Baleares? Es que no hablemos de que salgan fuera de España, solo con viajar a la capital ya están en desventaja, no digamos que no hablan el castellano, no saben ni catalán ni el español correctamente.

No entendemos los hispanohablantes, porque tenemos que recibir publicidad en catalán, comunicaciones del Ayuntamiento en catalán, por qué nuestros hijos deben recibir la enseñanza en catalán, cuando asistimos a las reuniones de padres de familia nos hablan en catalán y las notas que nos envía el colegio también están en catalán, no solo es una falta de respeto, también es una torpeza y un abuso.

No solo hay sudamericanos, también hay españoles, ingleses, alemanes, árabes, todos hispanohablantes, todos nos retiramos o no asistimos a las reuniones y lo que viene en catalán lo tiramos al tacho de basura, Menorca vive del turismo pero no lo entiende. A más catalán más retroceso.

VICTOR ANANIAS MELGAR
Alaior

Hotel
Mongofra
Digamos que Fernando Rubió ya tenía montado allí una especie de hotel rural y que ahora se trata de pasarlo a agroturismo o similar, bendecido esta vez con los oportunos permisos. Todos vemos un paso muy pequeño...no así los técnicos que desde siempre han ocupado y gestionado el Patronato, y que opinan, en cambio, que explotar la finca es demasiado esfuerzo para ellos. Y yo no entiendo nada, o de golpe lo entiendo todo. Prefieren regalarla, alquilarla o vendérsela a un ruso y eso sí, mover el dinero en usos "culturales".

Para dichos usos "culturales" no se prodigan en imaginación. Nada de editar o promocionar cultura o simples libros, con lo fácil que lo tendrían a través de su propia librería Católica o Fundació, o exponer sus fondos (el inventario del legado Rubió lleva catalogadas más de 3.000 obras...), frescos de su capella Pruna...

No van por ahí sus inquietudes. Comprar acciones de empresas familiares cercanas que mimen sus egos, financiar sus propias aspiraciones, relacionarse, subcontratarse al fin y al cabo, o jugar a la bolsa. Curiosamente nada que huela a Fernando Rubió les es propio a los que gestionan su legado. El libro sobre su biografía lo tuve que escribir yo y ningún patrono asistió a ninguna de las tres presentaciones que se hicieron en Menorca. Solo Esperança Pons en Ciutadella. Es alarmante, o tal vez estuvieran todos muy ocupados.

En fin, cuando uno se empezaba a acostumbrar a la democracia, con los cargos "vitalicios" hemos topado, y regresamos a la dimensión Gadafi, pero aquí en Menorca. Y uno se pregunta: ¿Qué hay que hacer con los miembros del Patronato de la Fundació Rubió?.

¿Habrá que llamar a la OTAN para que nos lo solucione?.

Josep Roselló Rubió
Maó