Cartas de los Lectores

Precisamente nuestro primer acto fue subir a Monte Toro para celebrar una misa y ofrecer un ramo de flores a la Virgen en memoria de dichos compañeros /as (EPD).

Monte Toro es un punto de reunión y encuentro para los menorquines, pues es el templo de Menorca y actúa como un imán hacia nosotros, allí también en el altar plasmamos con una fotografía de todos juntos como recuerdo.

Después nos desplazamos a Ferreries haciendo parada en el OAR para visitar la exposición de pintura de nuestra compañera Magdalena Ameller,y tomar un aperitivo, Aunque fue un día lluvioso, en Monte Toro y toda la Isla la alegría nos embargaba, recordando la anécdota cuando en el año 2005 también oímos misa en nuestra montaña, hubo una tempestad y al salir de la iglesia se oyó un extraño ruido, que fue un rayo que había alcanzado la mano derecha de Jesús la estatua que hay al llegar a la cima y se cayó al suelo dicha parte de la mano,

Después de Ferreries nos desplazamos a Cala Blanca al hotel Sagitario, ofreciéndonos una picada, donde pudimos recordar hechos y anécdotas ocurridos durante estos 65 años, más tarde degustamos una sabrosa comida con un gran ambiente, para después hacer una buena digestión, nos trasladamos a otra sala del hotel, para seguir con una hora y media de baile, al final hubo sorteos donados por diferentes firmas.

Ya pasadas las 19 horas, dimos por finalizado nuestro día conmemorativo, deseando que podamos reunirnos en 2012.
Gracias a todos, y gracias a los organizadores, Magdalena Fortuny, Ivonne Paul, Miguel Grandío y en menor medida yo.

Miguel Perea Cavaller
Carmen LimÓn de la Rosa
Barcelona

No vulguis ser allà
on no et volen
En record d'en Sebastià Verd. Vaig conèixer en Sebastià com a director de TVE-Balears i ha estat el meu darrer mestre. La prejubilació ens va impedir continuar a un treball que és com a pocs, vocacional.

Una feina estressant però alhora molt gratificant quasi sempre. Escriure sense prou temps per a la reflexió és terrible però aquests darrers anys a la redacció sempre hi era en Sebastià, com un far d'ètica i sabiduria a qui podies adreçar-te amb els nervis del darrer moment.

La seva presència bastava per ajudar-te a triar l'opció més honesta, la que permet dir la veritat possible sense perdre de vista la utopia d'un món millor.

"No vulguis esser allà on no et volen" són les darreres paraules que record quan ja teníem al damunt les prejubilacions i jo, innocentment, provava de ressistir-me. Sé cert que molts haguéssim continuat fent de periodistes al seu costat molts d'anys.

Adéu Sebastià, no només et volíem amb noltros, també et necessitàvem.

Sol Fornals
Maó