Ahora son muchos los que se echan las manos a la cabeza criticando lo que consideran un despilfarro por la compra masiva de vacunas por parte de las administraciones públicas. Seguramente, será verdad que las multinacionales farmacéuticas, un oligopolio que busca la mayor rentabilidad posible del sufrimiento humano, han maniobrado para vender dosis de vacunas y Tamiflu a mansalva. Sí, será cierto, pero también es verdad que la sanidad es una de las partidas en las que hay que invertir, ya que forman parte del Estado de bienestar.
Al final, lo que parecía que iba a ser la pandemia con la que iba a comenzar el fin del mundo únicamente se ha cobrado 39.000 víctimas oficiales en todo el mundo. Visto desde este momento, parece una exageración que en Baleares se hubieran comprado 185.000 vacunas, de las que únicamente se ha empleado 48.000. Pero cuando se decidió la compra de las vacunas no se conocía cuál iba a ser el alcance de la enfermedad, y ante la sicosis creada en la población por parte de los medios de comunicación -seguramente alentados por las farmacéuticas- se optó por tirar por lo alto.
Con los dineros públicos hay que ser extremadamente riguroso. Las vacunas se compararon, a un precio de 4,9 euros, lo que da un total de 906.500 euros. Un dineral, es verdad, sobre todo si se tiene en cuenta que la mayoría no ha servido para nada. Pero si el Gobierno Balear tiene que gastarse nuestros dineros en algo, es preferible que lo haga en vacunas y no en mamotretos como el súper dique de Ciutadella, para el que se van a utilizar unos 76,6 millones de euros. Dicho de otra manera, con el dinero del súper dique se podrían comprar más de 15.6 millones de vacunas. No se necesitan tantas vacunas, pero tampoco el súper dique de Ciutadella, y si, una mejora sustancial de la sanidad en Ciutadella. Un Hospital comarcal, ¿porqué no?.
Iñaki Silveira Lorenzo
Ciutadella
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