Al señor Adolf Sintes
Permítame usted que, sin ánimo de ofenderle ni de faltarle al respeto, le diga tanto en mi nombre como en nombre de una importante mayoría de enfermos de insuficiencia renal de Ciutadella con los que el destino ha querido que compartiera enfermedad y sesiones de tratamiento juntos cada dos días y durante los cuales hablamos y comentamos las incidencias y avatares de nuestra enfermedad, tratamiento y de las instalaciones de que disponemos, permítame, le repito, que le diga que sinceramente creo que desconoce usted la realidad del colectivo de enfermos de Ciutadella y las condiciones reales en que éramos tratados antes de comenzar la reforma de la sala de Ciutadella. Cualquier profano que lo haya leído su carta del sábado pasado habrá llegado a la conclusión que nos trataban poco más que en una pocilga, con materiales de desecho y con personal casi aficionado. Nada más lejos de la realidad. No voy a negar que no hubiera ciertas deficiencias, pero ni mucho menos lo que quiere dar usted a entender. Me da la impresión por ello, de que habla usted por boca de ganso y más aun cuando habla de manipulación a los enfermos por unos "intereses inconfesables". Qué disparate, no hablemos de intereses inconfesables porque nos podríamos quedar solos y sepa que el único interés que nos ha movido en todo momento es el del bienestar de los enfermos, muchos de ellos muy mayores y con serios problemas de movilidad, padeciendo lo indecible por el hecho de tener que desplazarse a Mahón cada dos días, o es que no ha pensado en ello. Y si hubo malestar con la presidencia de ALCER es porque desde su cúpula insular se tomaron decisiones y actitudes a espaldas del resto de los enfermos, y fue por eso por lo que de dirigió un escrito al Sr. Gómez Arbona, escrito firmado por 14 de los 16 enfermos. No entraré en detalles de quien no la quiso firmar porque me imagino que debe saberlo.
Cartas de los lectores
26/05/10 0:00
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