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Una mala experiencia médica
Quiero expresar la mala experiencia que tuve en la consulta del doctor Olives (dermatólogo).

Explicarles que estoy en "tratamiento de queratosis solares" con el doctor Matas. Antes de iniciar el tratamiento decidí pedir una segunda opinión en consulta privada con el doctor Olives y nos dijo muy educadamente que el tratamiento era correcto y siguiéramos adelante.

Empecé el tratamiento el 14-04-10 y terminó el 4-03-10, el mismo día de finalizar el tratamiento tenía cita con el doctor Matos, el día anterior me llaman del hospital anulándome la cita y que la próxima citación sería en junio, yo con la duda expliqué a la señorita que amablemente nos atendió, mi caso y nos consiguió una cita al día siguiente 4-05-10 con el doctor Olives, junto a la citación añadió una nota explicando al doctor mi caso.

Cuál fue nuestra sorpresa!, al llegar a la consulta, sin ni siquiera mirarme y decir buenos días, empezó a gritar como un loco y despreciar la nota que me puso la señorita de citaciones, al ver su mala educación y no dejar de gritar ni de dar puñetazos en la mesa, le pregunté que por qué gritaba tanto, que sólo quería información del que hacer con el tratamiento, me mandó callar, es difícil explicar todo lo que salía de su boca y sus malos modos. Ante esta situación decidí marcharme de la consulta y presentar una reclamación.

En mi opinión el doctor Olives no es un profesional.

Quiero también agradecer por las atenciones recibidas en esta mala experiencia, especialmente a la señorita de citaciones, enfermera del doctor que aguantó como profesional que es (olé), también a gerencia y a su secretaria y al señor López Arbona.

Muchas gracias a todos.

Antonia Portella Ballester
Es Castell

Súper Sino, el héroe, (episodio II)
Después de un tiempo reflexionando y maquinando su futuro, decidió volver a casa, donde le estaba esperando su compañero y éste le dijo: "d´on vens tant vermell, estàs tot escaldat, no em deus haver fotut ses banyes, amb quí?".Si ningú m´estima", dijo él.

Las lagartas peludas, el rayo y la mierda de perro empezaban a cambiar su metabolismo, el súper se recogió en su santuario unos días, parecía que no le estaba pasando nada, que todo seguía igual, pero sólo repetía: "mi silla, mi tesoro".

El Dr. Jekyll que se convirtió en Mr. Hyde le comentó: "mira, te voy a dar unos días para que reflexiones, te doy hasta día 29 de este mes, o retiras el contencioso, o te quedas más solo que la una"-al fin y al cabo un pacto es un pacto y si algo quieres algo te cuesta-.

Los habitantes del pueblo no entendíamos nada, ¿por qué tanto revuelo?, todo este lio por un pleito que se puso por unas modificaciones que se habían dictado en Villa Contencioso de Arriba, (que era la capital) y que luego, se habían aprobado en Villa Contencioso de Abajo.

Mientras en Villa Contencioso de Arriba, Honorato Pons que era el marido del Dr. No, decía: "el amor es ciego y aquí no pasa nada", "estoy súper feliz, estoy súper feliz". Pobre hombre estaba tan acostumbrado a pasar por el aro que ya lo consideraba normal, hasta había hecho construir las puertas de su casa de forma redonda, para encontrarse como en el trabajo.

Por otro lado en" Can Pepe" (que eran la competencia), tenían un "bon bullit", el ex gerente (es concu Quelly) que parecía un tío guay, la había liado gorda, primero se fue de mujeres de vida alegre por países lejanos, y luego parecía que había metido la mano en la saca. "¡Quin xascu!"

Es concu Quelly, después de hartarse de sobrasadas, chorizos y camots, decidió irse a hacer las Américas, allí casi no lo conocían y podría digerir todo lo que se había zampado… hasta que un día el juez lo llamó y le dijo: "Quelly vuelve al rancho grande, vuelve allí donde vivías, que te voy a poner las peras al cuarto", esto le pasó por glotón.

Al fin llego el día D y la hora H y reunidos todos en la casa consistorial, bueno todos no, faltaba él, el Súper, se respiraba un ambiente tenso, inquieto, ¿qué pasará? se preguntaban unos, pues que lo terminaremos pagando entre todos dijo otro, ¡sí, como siempre!

De repente un destello se vislumbra en el firmamento, ¿será un pájaro?, ¡no!, ¿será un avión?, ¡no!, ¿será un cometa?, ¡no, no!, y… entonces ¿qué es?, es, ¡¡¡ SÚPER SINO!!! , que se sentó en su amado trono.

Llega el momento clave y el Dr. Jekyll exclama: "¿bono què feim? ¿què, t´arries es calçons o què?", el Súper, gran jugador de póker, piensa: "sólo me queda una carta" sacándose un as de la manga, y la empieza a frotar por la cabeza del "Secre del lugar", como si fuera una lámpara maravillosa.

De repente aparece el genio, que estaba contratado por el ayuntamiento y dice: "no podemos contestar ahora, contestaremos después de la publicidad", ¡la ley lo permitía! ¡Ay que jorobarse!

Ya sabemos todos lo que duran los anuncios en este pueblo, ¡un mes como mínimo!, "me l´han fotuda fins es manec", dijo el Dr. Jekyll, ¡he quedat tant escaldat que no podré seure fins es mes qui ve!

Súper Sino lo había logrado de nuevo, ¡es un crack!

Fin del episodio II.

Pedro Tudurí Mercadal
Sant Lluís