Cartas de los lectores

Apreciados clientes, colaboradores y amigos:Tras la información publicada en diferentes medios de comunicación sobre la decisión de IATA de retirar a Viajes Marsans, S.A la licencia para la emisión de billetes aéreos, han sido varios los clientes que nos han solicitado información sobre nuestra situación.

Por ello creemos que nuestro deber es comunicarles que el grupo Millennium Menorca Travel y sus oficinas en Menorca no se verán afectados en ningún caso por la situación de Viajes Marsans, S.A, puesto que disponemos de personalidad jurídica propia como Viajes Menorca, S. L y, por tanto, de nuestro título de Agencia de Viajes así como nuestra propia licencia de IATA para emitir billetes aéreos. Es por ello que les comunicamos que nuestras oficinas están operando con absoluta normalidad.

Tanto las compañías aéreas, como mayoristas y demás colaboradores han mostrado todo su apoyo al grupo Millennium, ante la situación de incertidumbre que está atravesando Viajes Marsans, S.A y que de forma totalmente indeseada y ajena a su voluntad puede causar un perjuicio en la imagen del grupo Millennium, que desea que su situación tenga una solución positiva pronta y definitiva, y muestra su apoyo a tan importante grupo del sector y a todo el equipo humano que lo compone, por su ejemplo de capacidad de trabajo y sacrificio en momentos tan delicados como éste.

Sin más, queremos agradecerles la confianza depositada en nosotros y recordarles que estaremos, como siempre, a su entera disposición y dedicados plenamente a satisfacer las necesidades de nuestros clientes, en respuesta a su fidelidad durante todos estos años.

De parte de todo el equipo de Millennium Menorca Travel

Muy Atte,

Millennium Menorca Travel
Maó

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Sant Lluís, Allés, Pons y otras hierbas

El contencioso presentado por el Ayuntamiento de Sant Lluís contra el Consell insular de Menorca por las Normas Subsidiarias del municipio ha puesto de manifiesto la sinvergonzonería del PSM y la endeblez de un PSOE incapaz de parar los pies a unos nacionalistas cada vez más crecidos y envalentonados.

Es evidente que no le gustó nada a la consellera Tuni Allés tener que declarar ante los Tribunales el pasado 27 de marzo como testigo con respecto a este asunto y tener que explicar, por tanto, porqué con su único voto se aprobaron unas prescripciones a las Normas Subsidiarias con un informe del asesor jurídico del Consell en contra. La consellera Tuni Allés votó a favor de unas enmiendas a sabiendas de que estaba cometiendo una ilegalidad. De hecho, el informe jurídico dejaba bien claro que con la aprobación de esas enmiendas se estaban invadiendo las competencias del Ayuntamiento de Sant Lluis y, por tanto, era ilegal lo que se estaba haciendo.

A pesar de este informe contrario, la consellera Tuni Allés, sin ningún rubor, siguió adelante con su despropósito y se aprobaron las prescripciones con su único voto favorable. Finalmente la adaptación de las Normas Subsidiarias de Sant Lluis al PTI, con la inclusión de las prescripciones introducidas por el PSM, se aprobó con los votos del PSOE y el voto de calidad de la presidenta Joana Barceló (también estos serían responsables, por tanto, de la actual situación de conflicto).

Es entonces cuando el Ayuntamiento de Sant Lluis, entendiendo que con ello se habían invadido sus competencias, pues así lo decía el informe jurídico del Consell insular, presenta el contencioso contra esta institución con el fin de salvaguardar la independencia municipal y defender sus competencias.

Este litigio entre el Ayuntamiento de Sant Lluís y el Consell insular ha provocado, sin duda, una de las mayores crisis políticas que se recuerdan entre los socios de gobierno tanto en Sant Lluís como en el Consell insular. Y es que, tal y como los mismos protagonistas han manifestado, esta situación ha provocado "una gran desconfianza" entre ellos.

Y uno se pregunta, ¿por qué quiere el PSM que se retire el contencioso, cuando éste pretende defender las competencias municipales de Sant Lluís pisoteadas por parte del Consell insular? ¿No es acaso justo que Sant Lluís reivindique y defienda sus propias competencias?

Si la consellera Tuni Allés dice tener una "tranquilidad total" sobre el resultado de este contencioso, entonces ¿por qué quiere que se retire? ¿Por qué la consellera Allés quiere vendernos en todo esto motivos de conservación del territorio, cuando la cuestión es un conflicto de competencias entre dos administraciones?

Si presumiblemente se han invadido competencias municipales por parte del Consell insular, es justo que sea un juez quien lo determine de forma clara y rotunda. No puede ser que la consellera Tuni Allés utilice la presión política para evitar que la justicia actúe y hable. En realidad, lo que persigue el PSM con todo esto, no es que prevalezca la verdad y el imperio de la ley, sino evitar que la consellera Allés sea imputada por prevaricación y deba hacer frente a indemnizaciones millonarias. Y después, con su caradura habitual, dicen que los demás defienden intereses particulares, cuando son ellos mismos quienes defienden su propio interés, aunque con ello se perjudique a todo un municipio, como el de Sant Lluis.

El PSM y la consellera Tuni Allés no pueden estar por encima de la ley. Todos somos iguales ante la ley y los del PSM también. No es admisible que por presiones políticas se evite el pronunciamiento de la justicia. Esto es impropio de un partido que se llama demócrata. ¿No es esta manera de actuar, en cierto modo, una forma de corrupción?

Ahora bien, lo peor de esta situación es el triste papel del desorientado presidente Marc Pons, un espejismo de hombre, permanentemente genuflexo ante Tuni Allés. Ahora hemos sabido que, con tal de seguir sentado en el cómodo sillón de la Plaza de la Biosfera, también ha pedido al alcalde de Sant Lluís que retire el contencioso. Es decir, pide al pobre Sino Carretero que no defienda los intereses de su municipio, que perjudique a su pueblo, para defender los intereses de su partido, el PSOE, y salve el trasero a Marc Pons y Joana Barceló, quienes con toda probabilidad deberán sentarse ante los Tribunales si el contencioso sigue adelante.

Sinceramente, esta situación de subversión de la legalidad es muy triste. Lo que está ocurriendo en Menorca es lamentable.

Antoni Camps Casasnovas
conseller del Partit Popular

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La incompetencia de la Regidora Anna Pons

La Regidora de Policia del PSOE, Sra. Anna Pons, ha demostrat una gran incompetència en la gestió de l'Àrea de Policia. No ha sabut resoldre els problemes i situacions difícils que es presenten, com ara la disminució de la borsa de voluntaris que no garanteix els serveis mínims. Davant aquestes situacions adverses ha escollit el camí de la imposició i de no escoltar més que segons qui, en lloc d'escollir el camí del diàleg i del consens.

De fet s'ha vist obligada a retirar finalment la proposta del punt 7 que presentava al Ple d'avui vespre i motivat per dos fets importants: no tenir consens i proposar una retallada important dels drets laborals dels policies. Sorprèn que un govern socialista retalli drets laborals i socials que impedeixen la tan anomenada conciliació de vida familiar i laboral. Es nota que els avanços socials només son de "boquilla" perquè a l'hora de la veritat no els posen en pràctica.

Aquest nou episodi de desencontre ha empitjorat encara més el negatiu clima laboral que existeix, corroborat fins i tot pel propi estudi del Sr. Tovar, fins al punt que per avui estava prevista una manifestació massiva dels policies en senyal de protesta, a la sessió plenària.

La Sra. Anna Pons ha demostrat una incompetència total i creiem que no és la persona més idònia per estar al front de la regidoria de Policia.

Açò ens fa concloure que la Regidora de Policia és totalment incompetent per a gestionar el Servei de Policia, ja que han estat constants i freqüents els desencontres amb aquest servei tan bàsic per als ciutadans.

La Sra. Anna Pons no ha sabut gestionar aquesta àrea, ja que ha desestabilitzat el servei, començant amb el presumpte tracte a favor cap al seu marit també policia i acabant designant i creant llocs de feina a dit, suprimint hores extraordinàries necessàries per garantir els serveis mínims, posant mes efectius a les oficines en detriment del servei al carrer, enfrontant un sindicat amb l'altre i actuant en contra d'un grup de policies sense valorar els seus mèrits professionals.

La Sra. Anna Pons, a conseqüència de no acceptar les critiques constructives i d'actuar d'una manera dictatorial fent un decret d'Alcaldia per al qual se suprimeixen les hores extraordinàries, ha provocat que s'estiguin incomplint els serveis mínims, cosa que provoca un mal servei als ciutadans.

Per poder justificar aquesta supressió addueix motius econòmics, quan per altra banda ha gastat en informes i estudis (com l'estudi Tovar que ha costat 18.000 euros i altres ) i nous uniformes (que costaran uns 20.000 euros) que en total sumen mes de 40.000 euros que servirien per a cobrir les hores extraordinàries dels policies, i així garantir un servei mínim i digne per garantir a la vegada un bon servei als ciutadans en seguretat. Per tant, la eterna excusa de la situació econòmica de l'ajuntament ja frega el ridícul, ja no és creïble perquè, com es pot comprovar, si en lloc de malgastar en estudis i uniformes innecessaris es gastés en garantir el servei mínim en tots els torns, avui no tindria els problemes que té l'equip de govern.

La Sra. Anna Pons des que va denunciar i derogar el Reglament, ara fa 4 mesos, ha estat incapaç de presentar una proposta consensuada amb els sindicats de la Policia i el resultat és que ha provocat una situació de clima laboral molt negatiu. A més es va negar a crear la Mesa d'Interpretació del Reglament de Funcionament de la Policia, tal i com li vam proposar a una moció el PP el passat mes de desembre, i les conseqüències han estat les que vivim.

Per tant, demanem a l'Alcaldessa, Sra. Carbonero, que davant la incompetència de la Sra. Anna Pons prengui alguna mesura, perquè una vegada més esteim davant una mala gestió del Servei de Policia i en definitiva la Sra. Alcaldessa és la responsable.

PP CIUTADELLA

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Un frutero jubilado indignado

No soy de mucho hablar, pero tengo que decir que este dicho "vive y deja vivir" es un cuento. Cuarenta y cinco años llevo vendiendo fruta de mi huerto y ahora a los sesenta y cinco me dicen que puedo intoxicar a la gente. Todo es por vender fruta y verdura en el mercado del Freginal de Mahón, los domingos por la mañana, donde concurre gran afluencia de personas de todas las culturas y nacionalidades. Hace unos meses, a raíz del cambio de ubicación del Pabellón deportivo, se exigió a los vendedores constituirse en una Asociación y a la redacción de unos Estatutos para "regularizar" dicho mercado, prohibiéndose desde entonces la venta de alimentos frescos en el interior del recinto. Al principio, contamos con la buena predisposición de los encargados del mercadillo, que debían saber que el Ayuntamiento no nos daría ningún permiso, pero seguramente también creían que no iríamos tan lejos para poder tener igual derechos que ellos a vender. Hemos hecho muchos pasos, pero no nos ha servido de nada, estamos igual que al principio, seguimos sin poder vender.

La policía nos ha avisado varias veces que vender en la calle es ilegal y que tenemos que entrar en el recinto para vender, pero los encargados dicen que no se puede, y se excusan diciendo que se puede intoxicar a la gente por vender alimentos, pero creemos que no es igual vender comida elaborada que vender fruta o verdura fresca que se coge al momento. El Ayuntamiento nos dice que no es de su competencia municipal, y al ser un recinto privado gestionado por una Asociación, se rige por lo establecido en sus Estatutos y sus encargados nos exigen una autorización del Ayuntamiento para poder vender, así que mal vamos.

Después de vender doce años en dicho mercadillo, vendiendo fruta y verdura de Menorca, ahora nos niegan el derecho a vender. La gente también está indignada, por no poder comprar lo que tanto tiempo lleva comprando en un mercadillo que hay en Mahón, donde puedes encontrar muy buenas ofertas, y cuando les explicas la causa de tal prohibición te dicen que todo es envidia de los súpers y tiendas cercanos, que ya lo digo, que es falso el dicho "que el sol sale para todos". Claro, es normal que como allí sólo se pagan cinco euros y dicen que es para alguna beneficencia, pero lo que no dicen es que tienen miedo a que les cierren el mercadillo y no se puedan repartir un buen pellizco de euros, que seguro que ganan más que lo pueden vender.

El Obispado, propietario del recinto, conoce nuestro problema y nos ha dado autorización, con la única condición de que asumamos la responsabilidad de la venta, condición que entendemos perfectamente. Sabemos que los encargados se han reunido en junta para debatir el tema y por mayoría se ha decidido que no, no quieren que volvamos a entrar en el recinto a vender, porque no quieren asumir ningún tipo de responsabilidad por si hubiese algún muerto por comer verdura o fruta, y esto es injusto porque con doce años que yo llevo en el mercadillo y, cuarenta y cinco de oficio, nunca hemos tenido ningún problema de intoxicación, ni algo parecido. ¿Dónde está ahora la beneficencia y la solidaridad?

Es normal que estemos indignados, que te digan que ya no puedes vender por esta causa, con la necesidad que uno tiene, no es justo que en Mahón no se pueda tener un mercadillo como en muchas otras ciudades del mundo. ¿Por qué puede haber mercadillos de bisutería, ropa, calzado, antigüedades, y de fruta y verdura no? Aprovecho para hacer una petición al Ayuntamiento para la creación de un mercadillo regulado de productos del campo de Menorca, se fomentaría así la actividad agrícola, dando una oferta complementaria al turista y al residente.

¿Qué pasa, es que es verdad que los que trabajamos en el campo somos unos desgraciados? En todo nos muestran lo poco que nos quieren, cuando damos a la gente la ilusión de comprar mercancía fresca y de la isla. Repito que yo no soy de mucho hablar, pero lo tengo que decir, la señora Consellera hace mucho tiempo que dijo que en cada pueblo habría un mercadillo agrario para poder vender nuestros productos pero se ve que en Mahón la promesa se la llevó el viento y eso no puede ser, que siempre los del campo tengamos que padecer. Un jubilado indignado.

Rafael Caules
Alaior