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Del tamaño cerebral hemos hablado indirectamente cuando comentamos sobre la demencia, la enfermedad del alzheimer…; sin embargo, el tamaño sería un efecto indirecto sobre el cerebro, lo importante serían las conexiones neuronales, las características del mismo, que no se pierdan, o incluso mejoren. Aunque, quiérase o no, una cosa suele estar relacionada con la otra.

Y es que entendemos que «la función crea el órgano», y la función del cerebro es variopinta, y no solo incluye las conocidas como funciones superiores (pensamiento, memoria…)    sino aquellas tan prosaicas como el movimiento del cuerpo a partir del ejercicio físico, algo que pensamos tendría que ver más con la masa muscular; que también se incrementa;    aumenta en contenido y forma; se hipertrofia, se hiperplasia; pero, no, a primera vista, se piensa, debiera hacerlo el cerebro.

Al parecer, al margen de incrementarse la masa muscular, como saben bien los deportistas, aumenta su corazón, y otros órganos como el aparato respiratorio, su capacidad pulmonar vital…

¿Tienen los individuos que realizan más ejercicio un volumen cerebral mayor que aquellos sedentarios? Y es que la cita latina «Orandum est ut sit mens sana in corpore sano» (Sátira de Juvenal X, 356, siglo II), o conocida como «Mens sana in corpore sano», «mente sana en un cuerpo sano» ¿es realmente cierta?

El cerebro no es un órgano que a primera vista se piense que se deba modificar con el ejercicio físico, pero, según muestra un estudio reciente e importante en cantidad    de personas analizadas, así lo afirma; es decir, el ejercicio físico tendría un efecto neuroprotector    al estimular su crecimiento.

Este estudio de Raji, Cyrus A et al (Journal of Alzheimer’s Disease 2024, vol. 97) iría más allá de que la actividad física influye en la reducción del riesgo de demencia que comentábamos al inicio de este artículo, pues investiga las relaciones entre el ejercicio físico regular, de moderado a vigoroso y el volumen (tamaño) cerebral según    neuroimágenes mediante Resonancia Magnética Nuclear (RMN).

2 EN TOTAL SE REALIZARON RMN de cuerpo entero a 10.125 individuos sanos con edad media de 52,98 años (rango 18-97) con el 52,3% varones, en los que se realizaron secuencias cerebrales con MP-RAGE isotrópico con tres modelos que analizaron vistas axiales, sagitales y coronales de las mismas. Por    otro lado, la actividad física realizada se definió entre moderada a vigorosa, como aquellas que aumentaran    la respiración y la frecuencia cardíaca durante al menos 10 minutos continuos. El umbral para definir a los adultos físicamente activos (frente a los no activos) se estableció en en 2,5 días por semana.

De los 10.125 individuos analizados, 7.606 (75,1%) reconocieron realizar actividad física moderada o vigorosa aproximadamente 4,05 (± 3,43) días por semana. Más varones que mujeres. Los adultos físicamente activos tendían a ser más jóvenes, con una mayor proporción de personas blancas y con menores tasas de hipertensión y de diabetes tipo 2.

Tras confrontar la edad, el sexo, el índice de masa corporal (peso) y diversas variables, el aumento de días con actividad física moderada a vigorosa se correlacionó con mayores volúmenes cerebrales en diferentes regiones, fueran materia gris total, sustancia    blanca, hipocampo    y lóbulos frontal, parietal y occipital.

Según este reciente análisis el ejercicio físico, aún inferior (de 4.000 pasos) al recomendado (al menos 10.000 pasos al día),    se asociaría con un aumento del volumen cerebral, lo que indicaría posibles efectos neuroprotectores.

Así que, hay que seguir moviéndose.