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La salud articular es parte de tu condición física. A veces, queriendo mejorar nuestra condición física, perjudicamos a nuestras articulaciones, es por ello que actualmente se tiene muy en cuenta que el ejercicio físico es personalizado.

Es importante prestar atención a nuestras articulaciones, por ello es conveniente conocer el estado de ellas, visitando al traumatólogo si es posible, y en función del resultado practicar un tipo de ejercicio que las proteja frente a otro menos recomendable.

Las articulaciones saludables tienen un líquido sinovial en las proporciones pertinentes para facilitar su movilidad y unos buenos cartílagos.

La función de las articulaciones es la de permitir la movilidad de los huesos dado que sirven de nexo de unión entre ellos. Una musculatura desarrollada, protege a la articulación de un exceso de trabajo.

Las articulaciones están formadas por:

  • La cápsula articular donde encontramos toda la estructura de la articulación.
  • Cartílagos que están unidos a los dos huesos implicados en la articulación.
  • Membrana sinovial, que contiene el líquido sinovial responsable de la lubricación y la protección durante el movimiento.

Al decidirnos a practicar un cierto tipo de ejercicio físico, es importante que no notemos ninguna molestia articular y tengamos previa información sobre el estado de nuestras articulaciones.

Se recomienda practicar deporte o ejercicio físico con responsabilidad y además de tener en cuenta sus beneficios, son imprescindibles los días de descanso. Si llevamos la actividad deportiva al límite de trabajo articular, estamos favoreciendo la posibilidad de lesión, ya sea de menisco, de ligamentos, por esguinces, por contractura muscular, o desgaste de cartílagos y bursitis.

Como hemos comentado en otros artículos, el sobrepeso y más aún la condición física de obesidad perjudican las articulaciones, especialmente las implicadas en el tren inferior del cuerpo. Una musculatura hipotrófica, sin desarrollar, también puede perjudicar a las articulaciones ya que el peso y la fuerza que hacemos recaen sobre ellas directamente, sin protección muscular.

Es importante también que en la dieta ingiramos los minerales, vitaminas y metales que nuestro organismo necesita. El magnesio, el calcio, el zinc, el hierro y el cobre entre otros, son necesarios en la proporción correcta. Los complementos alimenticios son necesarios solamente en caso de carencia. Existe en la actualidad la tendencia a tomar complementos alimenticios de distintas composiciones. La opinión médica vigente al respecto es qué si no son necesarios, es mejor no tomarlos. Podemos hacernos una analítica con prescripción facultativa que indicará si precisamos o no complementos alimenticios. En cambio, la famosa alimentación variada y con productos de proximidad y de temporada, en las proporciones adecuadas, si que nos proveerá de los elementos necesarios para el buen funcionamiento de nuestro organismo.