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AJosé Ramón Bauzá, Carlos Delgado y Javier Morente, presidente, conseller y director general de Deportes del Govern Balear, respectivamente, les puede caer encima lo que se viene a llamar un auténtico 'marrón'. Y es que el Menorca Bàsquet vuelve a golpear a las puertas de la Liga ACB después de su nueva exhibición este fin de semana en tierras navarras.

Que un club del archipiélago tenga la opción de volver a la Liga más importante de Europa son palabras mayores. La historia no refleja que se hayan producido renuncias en el pasado de los equipos que consiguieron el ansiado ascenso.

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Cierto que las circunstancias actuales dificultan el desembolso público para los clubes de élite. Pero el Menorca Bàsquet tiene otra dimensión singular, que no admite comparación en Balears. Si llega el ascenso Bauzá, Delgado y Morente tendrán un problema sobre la mesa. Porque difícil sería proporcionar el respaldo económico que precisaría el Menorca para regresar a la ACB, pero tanto o más complicado le resultaría al ejecutivo explicar que no puede hacerlo obligando a la SAD a renunciar al ascenso.

Hay soluciones como, por ejemplo, recortar una parte del capital que se llevan las grandes instalaciones del Govern ubicadas en Palma y concedérsela a un club balear que estará otra vez junto a la aristocracia del baloncesto español. En su defecto, el Ejecutivo debe tener mecanismos para socorrer al club en la búsqueda de un patrocinador.

Por encima de los errores de gestión que hayan cometido los dirigentes de la SAD, que han sido muchos, resulta obvio que acumulan un éxito deportivo plausible como prueba la presencia ininterrumpida del equipo bien en la ACB o bien en la vanguardia de la Adecco Oro. Otro play off se juega ya en los despachos y el Menorca Bàsquet tiene la culpa.