Varias señoras de una cierta edad, en varias ocasiones se me han quejado que las aceras de la calle Anuncivay, de Mahón, son un verdadero peligro para los peatones por sus irregularidades, provocando tropiezos y alguna caída. Teniendo en cuenta que la seguridad ciudadana tiene que ser lo más importante, y que circulan muchos vehículos pegados a la acera -aparcamientos y calle estrecha-, y que el Palau Oliver que compró en su día "S´Ajuntament" a un particular, financiando dicha compra el Govern balear o sea, pagada con billetaje de todos nosotros, se está rehabilitando desde hace muchos meses, valdría la pena rascar en las deterioradas arcas municipales para arreglar dichas aceras, pero manteniendo el empedrado actual, que viene aguantando desde hace años y años.
"Vatuadell cent llamps", ya me he enrollado demasiado y me quedará poco espacio, para las excursiones -una por encargo y la otra propia- efectuadas.
Una persona conocida me comentó que me diera una vuelta por los alrededores de Sa Sínia Costabella, porque era una verdadera vergüenza la cantidad de cacas de perros que están "camufladas" entre las hierbas, acción no imputable a los queridos perros, pero si a los animales de sus propietarios. Señores de Dalt la Sala, he leído en "Es Diari" que se hace una campaña de "concienciación" sobre el tema, pegando cartelitos, con las figuras del perro, el dueño, la bolsa, la caca y la inscripción "Per una ciutat més neta reculliu-les" en el rótulo además se advierte -con letra pequeña- que la sanción puede alcanzar los 300 euros. Estoy convencido -lo he visto personalmente- que la mayoría de la gente que tiene estos animalitos de cuatro patas son personas cívicas y retiran lo que "deja" el animalito en las vías públicas, pero a estos incívicos que no lo retiran, sanción pertinente y no como dice el cartel hasta…, sino aplicar los 300 euros. En las dos horas que estuve paseando, sacando fotos, no coincidí con ningún policía municipal, que es la solución para sancionar al infractor y pagando los 300 papeles, el ínclito se lo pensará dos veces antes de reincidir.
El pasado 29 de marzo, el día de la huelga general, hubo tres fachadas del municipio mahonés -sedes del PP, PSOE y PSM- que amanecieron "engalanadas" no con pintadas, sino con pintura que seguramente lanzaron unos gamberros, con nocturnidad y alevosía. Estos actos vandálicos, provocados por unos impresentables gamberros, que lo único que consiguieron fue una repudia total por parte de la ciudadanía y que la brigada municipal dedicara varias horas para limpiarlas, restando horas para otros menesteres más necesarios.
Parece ser que los autores de dichas gamberradas, han sido identificados…muy bien por la Policía.
El ciudadano tiene el derecho constitucional de hacer huelga o ir a trabajar, en elecciones ir a votar o no ir, pero lo que no hay derecho es que suframos este tipo de gamberradas.
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