En la fiesta de despedida del viejo año 2011 y como viene siendo habitual en este tipo de eventos, coincidí con amigos, personas conocidas y aquellas que conoces por primera vez. Estas últimas son con las que tienes una primera conversación. Este es el caso de una ciutadellenca afincada en Mahón, que de entrada me saludó, no por mi nombre sino por "mochilero" y esto me halaga, què punyetes, ya que me confirma que alguien, además de mi familia, lee mis escritos. Conversación agradable, por supuesto con un gin tonic en la mano, acompañada de un encargo de una excursión mochilera, ya que su marido tenía un verger, cerca la ermita de Sant Joan de Mahón. Su queja era que a pesar de ser un paraje precioso estaba abandonado de la mano de Dios, referente a limpieza en general. Por supuesto, apreciado lector, la excursión no la hice esa misma noche, ya que estaba inmerso en otro tipo de excursión, de la zona de baile hasta la barra del restaurante.
Pla des Verges
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