La familia del 'parkinson' vuela alto en el Aeroclub de Mahón

Las instalaciones acogen la tercera edición de los encuentros de la Associació de Malalts de Parkinson

Cerca de una treintena de personas se reunieron el sábado en el Aeroclub de Menorca, entidad que colaboró en la celebración de un encuentro que contó también con el respaldo de la Fundació de Discapacitats de la Isla, a la que pertenece la Associació de Parkinson. | Gemma Andreu

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El grupo de personas afectadas en la Isla por la enfermedad de Parkinson, del que también forman parte familiares y simpatizantes, está muy bien avenido y además es muy activo. Prueba de ellos son los encuentros que realiza, como el que el pasado fin de semana tuvo lugar en el Aeroclub de Mahón, donde se reunieron algo más de una treintena de personas con el objetivo de «seguir estrechando lazos».

Tras los dos encuentros del año pasado, en los que el arte y la gastronomía fueron las temáticas elegidas, en esta ocasión la cita contó con una propuesta especialmente atractiva, la de poder realizar un paseo aéreo en una avioneta con un piloto experimentado. Este fue Ricardo Bartsch, quien introdujo a los asistentes al siempre apasionante mundo de la aeronáutica.

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Este tipo de iniciativas, en palabras del presidente de la Associació de Malalts de Parkinson de Menorca, Luis Meca, son siempre positivas y, sobre todo, sirven «para sacar a los que sufren la enfermedad de la cama». Y de paso hacer comunidad y que esta crezca. Al respecto, reconoce que desde la entidad cuentan con el plus de las actividades que proponen sus socios.

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La del pasado sábado estuvo promovida por Richard Montesdeoca, quien en su día aprendió a pilotar en la Isla y ahora, como consecuencia de la enfermedad, tiene que hacerlo acompañado. Él fue el promotor de una fiesta en la que más allá de la oportunidad de volar los participantes pudieron fotografiarse con la avioneta y hacer todo tipo de preguntas al piloto. La fiesta, que contó con la colaboración de la Fundació de Discapacitats, continuó con una actuación protagonizada por Joana Pons am ses Guitarres y el coro del grupo de musicoterapia de la entidad en Maó, dirigido por Gràcia Pons Catchot. La guinda llegó con una comida de hermandad en el asador del Aeroclub. «Lo bueno es que nos olvidamos de que tenemos Parkinson el rato que estamos en una actividad», resume Montesdeoca, quien destaca también la importancia de «hacer familia» entre todos.

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La jornada incluyó una sesión de fotos para los participantes. | Fotos: Gemma Andreu

El tiempo, algo inestable la semana pasada, dio una tregua para que la actividad se pudiera desarrollar con normalidad. La meteorología estuvo a su favor y el cielo se despejó durante el tiempo en que la avioneta, que realizó hasta seis despegues, para una ruta turística en la que se pudo disfrutar desde el cielo de enclaves como La Mola, Punta Prima o la Illa del Aire. «Las vistas fueron maravillosas y muchos querían repetir», relata Montesdeoca, quien avanza que ya están pensando en la próxima actividad.