Horeca, un escaparate en Maó de las novedades culinarias

La feria se consolida como el salón de referencia para la hostelería y la restauración

La segunda jornada reunió a gran número de profesionales. | Josep Bagur Gomila

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Algo se cuece estos días en el Recinte Firal de Menorca. Algo sabroso, muy apetitoso y que huele muy bien. Croquetas de bacalao al pil pil o de chuleta. Gyozas de chipirón. Torrijas caramelizadas de brioche artesanal. Salsas y aceites de todo tipo. Ostras y caviar. Son solo algunas de las delicias que los proveedores presentan estos días a los profesionales del sector de la hostelería y la restauración. La Feria Horeca Baleares celebra hasta hoy su tercer salón en el que presentar novedades, captar la atención de los clientes e intentar cerrar acuerdos. Y el ambiente no podía ser más halagüeño. Los estands estaban llenos de profesionales que probaban y testaban esos productos que podían encajar en su establecimiento y ofrecer valor añadido a su cocina.

El director de Horeca Baleares, José Luis Córcoles, señalaba que «estamos superando las expectativas, y lo mejor son las caras de satisfacción de los profesionales». Y agregaba que «la afluencia de público refuerza la importancia de esta feria profesional como punto de encuentro clave para la hostelería y la gastronomía de Balears».

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«Nuestro mercado aquí es virgen, de ahí que hayamos apostado por venir a la feria a darnos a conocer, Menorca es un cliente potencial», señalaba Mery Vázquez, responsable comercial de la empresa catalana Ostres Sant Lluís. Por su parte, José Juan Carreras, gerente de J.J. Carreras, también definía la feria como «un punto de encuentro, un sitio donde presentar novedades, tantear la opinión del cliente y ver lo que trae la competencia para seguir mejorando». Asimismo, el director comercial y de expansión de Sa Cooperativa del Camp, Tolo Mercadal, apuntaba que «hace unos años el canal horeca buscaba precio, pero ahora busca valor, el turista reclama qué compromiso existe con el territorio y comprometerse con nosotros es hacerlo con el territorio, de ahí la importancia de una feria que nos da visibilidad y permite captar clientes».

La jornada de ayer sirvió para rendir homenaje a Fina Puigdevall de Les Cols y a ocho profesionales de Menorca. | Josep Bagur Gomila

Reconocimientos

La de ayer fue una jornada cargada de emociones. Fue el turno de los homenajes y los reconocimientos. La principal laureada fue Fina Puigdevall, chef del restaurante Les Cols, en Olot, un referente en gastronomía sostenible y de proximidad y que encaja con la filosofía que se practica en Menorca. «Si no apuestas por el buen producto, no harás buena cocina», aseguraba esta chef cuya gastronomía «alimenta el cuerpo y conecta con el alma, ya que la grandeza no se mide en estrellas sino en el impacto que dejas», apuntaban ayer desde Horeca. Este homenaje se acompañó de otros ocho reconocimientos. Recibieron el aplauso de la sociedad balear la familia Allès Pons del restaurante Loar de Ferreries por su cocina popular y acogedora; Lázaro Alcaide por su cocina tradicional, casera y honesta; la Associació d’Ovella Autòctona Menorquina por velar por la conservación de un producto autóctono; Sa Cooperativa del Camp que ha unido al pequeño productor y ejerce de vehículo para que el producto local llegue a la mesa; Adolf Sintes por su labor de difusión y comunicación sobre cultura y producto local; Sebastià Triay Fayas por su compromiso hotelero y con el producto de proximidad; la Escola de Restauració Ca n’Aguedet, un proyecto de inserción sociolaboral en gastronomía; y la Pastelería Curniola que ya acumula cuatro generaciones de pasteleros manteniendo la tradición, el sabor y las recetas de sus orígenes, siendo, sus estrellas, la ensaimada de Sant Joan y el brazo de gitano.

El apunte

Talento y mucha creatividad en los concursos gastronómicos de este año

Transformar un bocadillo en una obra maestra o plasmar todo su ingenio en una receta de cordero. Es lo que consiguieron los participantes en los distintos concursos. El premio de mejor bocata gourmet se lo llevó Juan Carlos García quien conquistó al jurado con su «No me comas la oreja», un bocata que evoca un recuerdo de su infancia cuando su madre elaboraba cocido y «yo me comía la oreja». Por su parte, Patrick James ganó el de cocina con cordero con su receta de strudel de cordero con texturas de manzana. Y el premio al mejor plato elaborado con pescado popular (celebrado el martes) fue para Samuel Moreno con «Primavera en Menorca».