Rosa Mati Díaz lleva en Menorca desde la década de los ochenta.

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Como otros tantos andaluces de nacimiento y menorquines de adopción, Rosa Mati Díaz Molina, sevillana, llegó a la Isla por motivos laborales. Primero de forma temporal, los veranos, junta a sus padres. Pocos años más tarde, para quedarse a vivir en la que se ha convertido en su casa. Desde hace más de treinta años está intensamente implicada con la labor y las actividades de la Casa de Andalucía en Menorca, una actividad polifacética y entregada que le ha valido el honor de ser elegida como andaluza de este año. Recibirá la distinción en el acto del Día de Andalucía que se celebrará el viernes en el Teatre Principal de Maó a las 20 horas.

Rosa Mati sitúa su primera toma de contacto con Menorca a comienzos de la década de los ochenta. Todavía en su etapa de estudiante, venía con sus padres para trabajar en la temporada turística y luego regresaba a Sevilla.Con el tiempo se acabó quedando en la Isla de forma definitiva. Se dedicó al sector de la hostelería, en la recepción de un hotel de Punta Prima, y luego pasó a trabajar como administrativa del Área de Salud de Menorca, primero en el Verge del Toro y luego en el Hospital Mateu Orfila. Ahora se dedica a una empresa familiar. Reside en Son Remei, Sant Lluís.

En los primeros años de los noventa entró en la Casa de Andalucía, «ayudo en todo lo que puedo». Este ha sido, según su parecer, lo que le ha valido ser distinguida como andaluza del año, algo que ha sido posible tras un cambio en las bases que permite elegir a alguien de la junta directiva. «Fue una alegría inmensa, sorpresa y llanto al mismo tiempo. La verdad es que me cogió por sorpresa», explica.

Sobre su llegada recuerda que el verano «siempre es maravilloso aquí, pero en invierno me costó un poco más», un cambio de vida que en plena juventud se notó bastante al pasar de una gran ciudad como Sevilla a la Isla. Pese a ello, «me adapté perfectamente, ahora mismo no pensamos en volver allí a vivir». Eso sí, visita la ciudad de la Giralda con frecuencia, incluso varias veces al año, puesto que allí tiene a parte de su familia, a sus nietos.

Valora mucho la labor de la Casa de Andalucía, donde ha podido encontrar «una parte de nuestra tierra». Directora del coro rociero desde hace muchos años, participa en los cuadros de baile, en recitales de poesía y formó parte del grupo de teatro Federico García Lorca dirigido por Juan Cubas. «Es una forma de tener aquí contacto con las raíces de tu cultura, de reunir a gente andaluza y de Menorca a la que le gusta esta cultura. La verdad es que la entidad hace muchas actividades, apenas hay huecos libres en las instalaciones». Sobre la gala del viernes lo tiene claro:«Será un día maravilloso».